ATE Junín

Asociación Trabajadores del Estado

Género: Lucha por la igualdad

Inspirado en las reivindicaciones de las 146 trabajadoras de la fábrica Cotton asesinadas en 1908 en Nueva York, el movimiento de mujeres del mundo enarboló durante marzo sus mismas consignas: salario digno y mejores condiciones de trabajo.

Inspirado en las reivindicaciones de las 146 trabajadoras de la fábrica Cotton asesinadas en 1908 en Nueva York, el movimiento de mujeres del mundo enarboló durante marzo sus mismas consignas: salario digno y mejores condiciones de trabajo.

Incorporó además aquellas demandas que atraviesan la lucha que despliega desde hace años: igualdad de condiciones laborales y salariales, cese de la violencia laboral y familiar, interrupción voluntaria del embarazo, prevención de femicidios y abuso sexual, entre otras tantas. ATE fue, una vez más, protagonista. (NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE ABRIL-MAYO 2015 DE EL TRABAJADOR DEL ESTADO)

Compañeras de ATE y otras organizaciones que trabajan en la defensa de la soberanía alimentaria rindieron a principio de marzo homenaje a mujeres luchadoras con la organización de charlas y acciones directas en Monte Caseros (Corrientes), Puerto Rico, Iguazú y Bernardo de Irigoyen (Misiones).

“Allí se documentaron testimonios de la lucha organizada que llevan a cabo trabajadoras argentinas, paraguayas, brasileñas y guaraníes en un intento de descolonización de sus prácticas cotidianas. Las militantes rescataron saberes ancestrales y analizaron la cultura latinoamericanista, para reencontrarse con el matriarcado ancestral de los pueblos y la liberación continental”, reseña la dirigente nacional de ATE Carina Maloberti.

El 9 de marzo, una columna de trabajadoras estatales marchó en Buenos Aires hacia el Ministerio de Salud de la Nación, donde exigió al unísono que el Estado impulse un debate alrededor de la legalización del aborto y políticas activas contra la discriminación y la violencia de género.

En ese marco, la Secretaria de Organización de ATE, Silvia León, y la titular del departamento de Género, Marta Galante, destacaron a su vez la necesidad de implementar jardines maternales y paternales en los sectores de labor y la extensión de las licencias por maternidad y paternidad.

La lucha que impulsa ATE y otras organizaciones a favor de la igualdad plena de las mujeres en la administración del Estado y el sector privado, está amparada en estadísticas ineludibles.

El mercado laboral y la igualdad de género

En 2014 el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) actualizó un informe del año anterior denominado “Aportes para romper el techo de cristal”. Un término con el que se hace referencia a la existencia de barreras socioculturales invisibles y exclusivas de las mujeres en tanto no afectan al varón, y que impiden a ellas ascender en el mercado laboral a pesar de estar capacitada para hacerlo, o bien que en ese marco sean las que llevan la peor parte.

Tomando como datos estadísticos la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, el IPyPP señala que “la tasa de empleo es sensiblemente menor en las mujeres respecto de los varones” en un porcentaje del 34,8% y el 52%, respectivamente, “como consecuencia principal del mayor sostén familiar en espaldas de la mujer”.

Además, según el instituto, las mujeres laboralmente precarizadas son más que los hombres. Mientras la fuerza laboral masculina está afectada por los contratos basura en un 48,8%, la femenina oscila el 52,4% (3,8 millones de trabajadoras).

La desigualdad de género atraviesa asimismo el derecho constitucional de a igual tarea igual salario. “En promedio la diferencia es del 25,4%,  lo que en términos nominales constituye una diferencia de casi $1200, es decir que mientras los varones ganan en promedio $4696, las mujeres $3501. La diferencia se mantiene dentro de cada una de las categorías laborales. Siendo la menor diferencia la que existe entre asalariados registrados (19,2%) y la mayor entre los no registrados (41%)”, denuncia el IPyPP, que agrega que la brecha es más grande aún entre varones y mujeres de igual nivel educativo.

“La situación descrita se reproduce y refuerza gracias a la falta de infraestructura de cuidado y la legislación laboral vigente. En relación al primer punto, existe a nivel nacional un importante déficit del sector público en guarderías, jardines de infantes y escuelas de doble jornada. Como consecuencia las posibilidades del cuidado son atravesadas por el poder adquisitivo de las familias reforzando aún más las diferencias sociales”, sintetiza el instituto.

“En relación a la legislación se observa que las leyes laborales reproducen la división

tradicional de género en función de la cual se naturalizan las tareas de cuidado como propias y exclusivas de las mujeres. Tal situación sobrecarga a ellas, al tiempo que priva a los varones del derecho de cuidar a sus hijos, y a éstos también de disfrutar del cuidado de sus padres varones”, finaliza el informe.

A la luz de la historia

“Hoy, como ayer, persisten grandes injusticias. Por un lado las que padecemos como parte del pueblo, tales como el sometimiento a los intereses del capital extranjero y las burguesías locales; y en lo particular, la violencia laboral, familiar, el abuso sexual, la discriminación, el sometimiento, la humillación, la feminización de la pobreza, los bajos salarios, la imposibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos, la falta de provisión efectiva de anticonceptivos gratuitos para no abortar y del aborto legal para no morir, la violencia laboral y doméstica, la trata de personas, la negación de las instituciones en aplicar las conquistas legislativas que con tanta entrega las mujeres hemos conseguido”, detalla Carina Maloberti.

El progresivo protagonismo de las mujeres en la historia política, sindical y civil avizora la conquistas de aquellos derechos por los que hoy pujan. El voto, la ocupación de cargos públicos y la formación profesional eran a principios de siglo XX sólo banderas de lucha.

Detrás de esta agenda, persiste la lucha.

 

ATE en la vanguardia por el protagonismo de la mujer

Desde su recuperación en 1984 de manos del colaboracionismo de la dictadura militar, la conducción de ATE pujó siempre por el protagonismo de las compañeras en la dirección del gremio.

En tiempos en los que el sindicalismo estaba todavía más reservado para la actividad masculina, ANUSATE postuló en aquella histórica elección a la compañera Noelia Guzmán, elegida entonces Secretaria Administrativa del Consejo Directivo Nacional.

Guzmán desarrolló un gran trabajo en las distintas responsabilidades que le otorgaron los estatales. Jamás abandonó su compromiso de lucha y de madre. Una vez jubilada, continuó representando a sus compañeros en el Centro Nacional de Jubilados y Pensionados de ATE hasta hoy.  

Las mujeres trabajadoras de ATE son sin dudas pilar en la organización de los trabajadores. Desde el Departamento de Género, además, activan políticas orientadas hacia su bienestar. 

Fuente: El Trabajador del Estado (Nota publicada en revista El Trabajador del Estado edición impresa Abril-Mayo 2015)

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