ATE Junín

Asociación Trabajadores del Estado

A 27 años de la desaparición física de Germán Abdala

Un día como hoy de hace 27 años nos dejaba físicamente Germán Abdala pero no su ejemplo ni su legado que aún nos guían.

Atravesado por una enfermedad que ya hacía estragos, a fines de 1992, el secretario General de ATE Capital y diputado nacional Germán Abdala había decidido abandonar el tratamiento médico en los EE.UU y regresar a Argentina.

Con las últimas fuerzas apoyó el nacimiento de la CTA en un colmado gimnasio en noviembre de 1992 y se despidió de sus compañeros y compañeras tras recibir miles de caricias que apenas toleraba su cuerpo dolorido.

Meses después, un 13 de julio como hoy, sin velatorio ni coronas fue cremado en el cementerio de La Chacarita y sus cenizas luego esparcidas en el mar de Santa Teresita, su lugar en el mundo.

Su currículum militante registra su participación en la filas de la resistencia obrera a la dictadura y la lucha por el retorno de la democracia y los derechos humanos; el logro de recuperar un sindicato de los cómplices dictatoriales, con libertad y democracia sindical y la audacia, cuando creyó que con eso no alcanzaba, de fundar junto a muchos una central alternativa y la semilla de un movimiento político.

Fue un compañero con una ética irrenunciable, una sonrisa compradora y la ventaja que da la simpatía. Le tocaron en suerte virtudes esenciales para la política y para la vida: claridad conceptual, cabeza abierta, espíritu solidario, oratoria, buena imagen, poder de convencimiento, mañas discursivas, picardía bien usada, intuición y buena leche. 

En 1975 Víctor De Gennaro lo toma como pintor en los Talleres de Minería  y se convirtió en trabajador del Estado, afiliado a ATE y militante sindical tiempo completo.

Tenía 20 años, el pelo largo y el espíritu transformador propio de la juventud maravillosa. Pero la felicidad duró poco. A los 3 meses de entrar en el Estado, se produce el golpe militar y todo cambia de un plumazo.

Unos desde adentro y otros desde afuera del gremio comenzaron a resistir a la dictadura y a la auto intervención. Menos de dos años después, daban inicio a una agrupación sindical, a escondidas de la represión, a la que llamaron Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE: ANUSATE.

Para 1983, con la llegada de la democracia, ya era el candidato a secretario general de la seccional porteña y, su amigo “el Tano” De Gennaro, el candidato para ATE Nacional.

En noviembre de 1984, las urnas legalizaron lo que la militancia ya había legitimado. La verde ANUSATE conducía los destinos del viejo sindicato y recuperaba la organización para los trabajadores estatales.

Abdala pasó a ser el secretario general más joven de la historia de ATE Capital con solo 29 años.

En 1989 fue elegido Diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires y junto al Grupo de los 8 enfrentó las políticas neoliberales de su propio partido tanto en el Congreso nacional como en la seccional porteña de ATE.

Desde ese recinto llevó adelante la denominada Ley Abdala que otorga el beneficio de las Convenciones Colectivas a los trabajadores y trabajadoras del Estado Nacional. 

En estos tiempos de Pandemia y cuarentena, no viene mal recordar sus palabras a la hora de enfrentar con valentía y decisión su devastadora enfermedad: “Muchas veces me planteé el balance mirando hacia atrás. Si hoy me tocara dejar de vivir estaría conforme, y la verdad es que no tengo nada de que arrepentirme, de lo que he hecho y lo que he vivido plenamente, dando lo mejor que tenía, con total honestidad. Esto también me hace encontrar más fuerzas.

Después de haber estado once meses en cama sin poder pararme, el volver al sindicato, el volver a la Cámara, el volver a las reuniones fortalece mucho; porque la gente con la que uno se encuentra da todo su afecto y lo apoya para que uno haga las cosas.

Estos son los replanteos que te traen la enfermedad, y después, la necesidad de que no importa cuánto sea el tiempo sino que durante todo este tiempo se haya hecho lo necesario y se lo haya estado viviendo plenamente”.

Podés bajarte ACÁ el PDF de “Germán Abdala aún nos guía. Vida. Obra. Pensamiento” de Marcelo Paredes.