No bastaron los hechos sucedidos el pasado fin de semana en nuestra ciudad. Estos sucesos debieron haber sido el punto de inflexión, estos hechos no fueron tomados con la seriedad debida y solo se los trató de manipular los para ver quien quedaba mejor parado.
Hasta hoy los responsables de la seguridad, tanto del gobierno local, como así del provincial y el nacional, no mostraron claras señales del cambio que todos esperamos.
En Junín no se llega a esta situación de la nada. Durante el transcurso de un año en Junín hemos sufrido 11 homicidios, y delitos que día a día se tornaron más habituales sin ninguna acción efectiva por parte del estado.
En lo que va de este año ya contamos con 4 muertes y una grave escalada de violencia. Hoy han asesinado a otra vecina una trabajadora jubilada de 74 años cuidando a una niña; a esta situación se ha llegado porque hasta hoy nadie se hizo responsable de los problemas y de los reclamos de los vecinos, porque hasta hoy para nuestros gobernantes la seguridad nunca es un problema propio, y los funcionarios evitan cargar las responsabilidades que les competen, tirando las culpas propias sobre espaldas ajenas.
Vivimos en una ciudad donde no existen políticas públicas dirigidas a la prevención real del delito, donde la mayor parte de los culpables de los crímenes no son hallados, donde se denuncia continuamente que habría connivencia entre el poder y los delincuentes y donde nuestros chicos y jóvenes carecen de contención y oportunidades.
Hasta hoy los juninenses somos testigos de cómo nuestros gobernantes intentan victimizarse, desde el gobierno local y provincial denunciando operaciones políticas en su contra y cómo el gobierno nacional por intermedio del Ministerio de Seguridad se lava las manos, todos buscando la mejor posición posible para beneficiarse de cara a las elecciones de este año, mientras nosotros somos rehenes del vandalismo, del crimen, de la inoperancia policial y de la violencia que cada día nos cuesta más vidas.
Esta debe ser la última gota que rebalse el vaso, es hora que nuestros gobernantes dejen de lado las apetencias personales, y dejen de jugar con este pueblo que tiene derecho a vivir en una ciudad segura y en paz. Y esperemos que esta vez ni el vandalismo ni los operativos políticos montados alrededor de ello, que generaron caos y temor en la ciudadanía en los pasados días, no nos robe el derecho de manifestar nuestros reclamos en las calles y peticionar a las autoridades de Junín.