El Hospital Interzonal de Junín está en un estado “deplorable”

Sectores sin calefacción, falta de mantenimiento, escasez de insumos, aparatología que no se puede usar, servicios tercerizados que no se cumplen con eficiencia, son algunas de las denuncias. Además, el peligro de tener el archivo en un subsuelo: “Esto es un Cromañón en potencia”.

Algunos datos del Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) “Dr. Abraham Félix Piñeyro” resultan asombrosos: ocupa un predio de más de cuatro hectáreas, cuenta con unos 800 empleados, la mayoría de las especialidades médicas se pueden tratar ahí, y tiene un área de influencia que excede a los ocho partidos de la Región Sanitaria III, llegando hasta otras provincias como Santa Fe, Córdoba y La Pampa.

Sin embargo, hay otros puntos que encienden una luz de alarma, dado que muestran un deterioro en el servicio que presta a la comunidad.

Es que en el último tiempo se fueron sumando las denuncias por déficits edilicios, de mantenimiento y de equipamiento, lo que redundó –de acuerdo a las críticas del personal y de los gremios– en una caída en los niveles de atención a los usuarios del nosocomio.

De esta manera, la falta de calefacción, escasez de insumos, aparatología que no se puede usar y deficiencia en los servicios, son algunos de los reclamos que se advierten cada vez con más fuerza.

El archivo

El archivo del hospital, donde se guardan las historias clínicas de todos los pacientes que pasan por ahí, está ubicado en el subsuelo del edificio central del HIGA: una torre de cuatro pisos, con sectores que albergan, en total, 140 camas.

Las condiciones en las que se encuentra ese archivo constituyen un grave peligro para todo el nosocomio, ya que a la gran cantidad de papeles, se le suma el hecho de que no existen ventanas ni ningún otro tipo de ventilación, mientras que hay estufas y ventiladores eléctricos.

“Si esto se prende fuego, no sale nadie de la torre”, advierte el doctor Adrián Pérez, titular de CICOP, para luego agregar: “Ese archivo está sobre cuatro pisos, en un edificio sin salida de emergencia. Es decir que acá hay por lo menos 200 personas en riesgo todos los días, esto es un Cromañón en potencia”.

Julio Miguenz, secretario general de ATE, contó que en una inspección realizada esta semana “se encontró que dentro del archivo, donde hay combustión por la cantidad de papeles y demás, hay dos matafuegos vencidos: uno en 2010 y otro en 2011”.

Sin calefacción

Otro de los aspectos que remarcan sobre el HIGA es la falta de calefacción en algunos sectores.

Inclusive, hasta no hace mucho no la había en Terapia Intensiva, lo que –sumado a otras falencias– representaba un riesgo enorme, como explica Pérez: “Los pacientes en Terapia tienen que estar desnudos. Además, en general están con respirador, pero como la medicación que les dan es de segunda, algo que ya denunciamos, no está en coma farmacológico, entonces el paciente está semiconsciente peleándose contra una máquina, que es el respirador. Muchas veces el cuerpo, en esas circunstancias, no controla la temperatura corporal, lo que hace más compleja la situación. Y si estuvieran las condiciones adecuadas, de acuerdo a la medición de gases en sangre, el médico establece a cuánto tiene que poner el respirador. Pero resulta que no hay gases en sangre en el laboratorio, no se puede hacer esa medición y lo tienen que poner ‘a ojo’. Entonces, la peor situación clínica imaginable es la del paciente en Terapia Intensiva, desnudo, conectado a un respirador, sin gases en sangre y sin calefacción”.

Aunque hoy sí está calefaccionada “una parte de Terapia”, Pérez recuerda que “en aquel momento había pacientes tapados con frazadas, que es muy riesgoso porque junta tierra, ácaros, de todo; y los médicos y enfermeras estaban vestidos con camperas”.

Servicios deficientes

Miguenz remarca que la situación en la cocina del hospital “es muy grave”. Según cuenta, las condiciones en las que ahí se trabaja “son deplorables”, aunque aclara que ese servicio “está a cargo de una empresa privada”, por lo que no sería responsabilidad directa de las autoridades.

“Lo mismo pasa con el lavadero –continúa Miguenz– donde el estado es lamentable; pero lo grave es que esa área la privatizaron, pero ahora están lavando ropa ahí, es decir, lo tercerizan porque no funciona pero, a su vez, se sigue utilizando”.

Es el mismo concepto que se aplica en otro sector, como indica Pérez: “El hospital cuenta con personal de mantenimiento propio, pero igualmente tenemos tercerizado ese servicio. Es una cosa de locos”.

Asimismo, el referente de ATE puntualiza que también hay problemas en la Farmacia, donde “el personal hace un año que no tiene sanitarios”.

Miguenz agrega que otra sección donde hoy se ve el deterioro, es en Salud Mental: “Hace muchos años que venimos denunciando esto, desde ventanas que no tienen vidrios, hasta paredes electrificadas y falta de baños y vestuarios para el personal”.

Finalmente, para dar una muestra de la falta de mantenimiento, Miguenz sostiene que “no se puede creer que uno va a entrar a las áreas de Neonatología, Terapia Pediátrica, Terapia de Adultos y Quirófano, y se encuentra con un cartel inmenso que dice ‘Área restringida, no pasar’, pero resulta que no hay puertas”.

Falta de insumos y aparatos que no se usan

Pérez cuenta que el hospital cuenta con aparatología –en muchos casos de última generación– que no se puede utilizar o se lo usa muy poco, y ejemplifica con el resonador entregado hace menos de dos meses: “Yo hago muy pocos exámenes con el resonador porque no puedo imprimir placas de buena calidad, entonces traen un aparato con una inversión de un millón y medio de pesos, pero faltan seis mil pesos para que venga una persona y ponga a funcionar una impresora de alta calidad. Pero además no se hizo con una construcción adecuada, se lo ubicó en un pasillo que era fundamental en el hospital y ahora traba el paso, etcétera”.

Esta misma situación se replica en otras áreas del hospital. “Lo más grave es lo que pasa con los respiradores, porque no tienen mantenimiento”, dice el titular de CICOP.

También hay inconvenientes con los insumos. “Los cirujanos –explica Pérez– suspenden cirugías porque no hay cintas testigo para esterilización, que son unas tiritas que indican si los elementos que van a ser utilizados ya están higienizados o no. Esto yo se lo dije al viceministro de Salud de la Provincia en una reunión que tuvimos en esta semana, y me contestó: ‘pero me estás hablando de una cosa de tres pesos’. Y es así”.

Y siguen los ejemplos: hace por lo menos ocho meses que anda solo uno de los dos ascensores, hace seis meses que no hay laparoscopio, hace un año que se advierte déficit de varios insumos, como gasas, alcohol, guantes, y otras cosas esenciales.

Estado “deplorable”

A la hora de sacar conclusiones, Adrián Pérez advierte que “estamos segundos en el ranking de los peores once hospitales de la Provincia y para PAMI es uno de los Hospitales ‘en rojo’, por eso se van los afiliados. Es un Hospital expulsivo”.

En tanto, Miguenz insiste en que “el estado del hospital es deplorable”, y relata que hace diez días se reunió con el ministro de Trabajo provincial, Oscar Cuartango, a quien le manifestó esta problemática y a raíz de ello, esta semana hubo una inspección. Según Miguenz, “el inspector ya nos adelantó que se fue asombrado por las condiciones edilicias y la falta de higiene y seguridad laboral que encontró”.

Con todo, reclama que “no debería tomarse esto como un argumento para hacer política y que, una vez que pasen las elecciones, nadie se acuerde del hospital”.

Fuente: Diario Democracia

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