El 18 de septiembre de 2006 desaparecía, por segunda vez en su vida, el compañero Jorge Julio López, testigo clave en el juicio que condenó al represor y genocida Miguel Etchecolatz. Hasta el día de la fecha no hay un solo detenido por su secuestro y desaparición. Desde ATE reclamamos por su aparición con vida y denunciamos la impunidad de quienes quisieron reinstalar el miedo.
Desde el Consejo Directivo Nacional de ATE, el Secretario Adjunto del sindicato, Hugo Godoy, manifestó: “En el día de hoy, recordar la memoria de Jorge Julio López, reiterar el reclamo permanente por su aparición con vida, y denunciar la impunidad que, a siete años del trágico hecho de su segunda desaparición, justo el día en el que se iba a dictaminar la condena al genocida Etchecolatz, que se asentó en sus fundamentos no única pero sí fundamentalmente en los testimonios de Julio, es una necesidad que tenemos como trabajadores quienes conformamos ATE y la CTA. Es importante recordar y homenajear a Julio, a su tozuda y perseverante preservación de la memoria para poder dar testimonio. De eso dan cuenta sus recuerdos, sus dibujos y sus escritos, que le permitieron sostener la memoria para, después de muchos años de que las leyes de Obediencia Debida y Punto Final clausuraran la posibilidad de juicio y castigo a los genocidas, poder superar esa barrera por la lucha de nuestro pueblo en el juicio a Etchecolatz, que fue el primer juicio público a los genocidas luego de la anulación de esas nefastas leyes”.
“Julio pudo cumplir ese compromiso que tenía con muchos compañeros y compañeras que compartieron con él el campo de concentración, la tortura. Fue su testimonio el que permitió, entre otras cosas, condenar a Etchecolatz y así ahondar el camino para la continuidad y la profundización de los juicios que desde allí para aquí se vienen concretando”, aseguró Godoy, que además agregó: “Es por eso que la segunda desaparición de Jorge Julio López no fue un hecho casual, como no es una casualidad tampoco que se mantenga la impunidad, porque claramente su secuestro tenía que ver no solamente con un castigo personal hacia este corajudo y consciente trabajador, sino que también era un mensaje para todos los testigos que, como él, a lo largo de ese juicio y en los que vendrían, serían el soporte fundamental de que la consigna de Memoria, Verdad y Justicia se materializara como lo está haciendo a lo largo de estos años en nuestro país, posibilitando el hecho de que nuestro pueblo pueda así juzgar y condenar a estos genocidas”.
El dirigente nacional de ATE reflexionó: “Mantienen aun desaparecido a Jorge Julio López, pero no pudieron frenar la avalancha de testimonios y de actitudes de coraje, valentía y perseverancia de muchos otros testigos que, como Julio, supieron sostener a lo largo de decenas y decenas de juicios en todo el país durante estos años. Fue más importante el ejemplo de Jorge Julio López que la actitud cobarde de sus desaparecedores y de quienes contribuyeron a su impunidad para intentar reinstalar el miedo. Supimos y supieron superar el miedo todos los testigos porque fue más importante el ejemplo de Jorge Julio López”.
“Nuestra clase trabajadora, nuestro pueblo argentino, tiene una deuda de agradecimiento eterno para con este trabajador patriota y mártir de esta realidad que hemos podido construir: Preservar la memoria, juzgar a los genocidas y condenarlos a cárcel por un genocidio que nuestro pueblo quiere castigar de manera ejemplar”, cerró Godoy.
Fuente: El Trabajador del Estado