En el marco del 58º Congreso Ordinario de la Asociación Trabajadores del Estado, el Secretario General del Consejo Directivo Nacional, Julio Fuentes, realizó en la apertura un informe político para todos los congresales presentes.
A continuación, el informe político de Julio Fuentes:
“En nombre del Secretariado y del Consejo Directivo Nacional, quiero brindarles el siguiente informe”.
“El 2012 fue para nosotros, compañeros, un año en el que nos empeñamos, seguramente con distintos resultados pero con esfuerzo y voluntad política, en cumplir el mandato que fuimos construyendo en el proceso electoral del año 2011. Bien sabemos que el año pasado la Memoria tenía que ver con el período anterior. Esta es una Memoria de este nuevo proceso de conducción que asumió el 6 de noviembre de 2011”.
“En ese proceso electoral, como lo hicieron los compañeros en cada una de las provincias, y con asambleas, debates, y con idas y vueltas de propuestas, fuimos construyendo el mandato que debíamos llevar adelante durante todo el proceso de gestión, de conducción y de administración de nuestra institución”.
“Este mandato que construimos tenía que ver con generar las mejores condiciones para que los trabajadores del Estado diéramos nuestra lucha por los ejes reivindicativos comunes que en ese proceso de debates y asambleas íbamos construyendo, conociendo y reafirmando. Un debate que tenía que ver con la reivindicación, con la política del sindicato, y también con la vida interna de nuestra institución. Nosotros sentimos la demanda concreta de nuestros compañeros, transformada en mandato por el proceso electoral, de generar más participación. Los compañeros nos demandaban ser cada día más parte de las decisiones que toma nuestra institución, y en eso se ha empeñado este Secretariado Nacional”.
“Por eso podemos venir hoy acá a rendirles cuentas con realizaciones objetivas y concretas. Hemos realizado, desde ese 6 de noviembre, y en un año, nueve reuniones de la Conducción Nacional. Hemos realizado, en ese mismo período, dos Consejos Federales, que lamentablemente hacía bastante tiempo que no los veníamos haciendo, y que tanta vitalidad le dan a nuestra organización. Por supuesto hicimos también el Congreso anual. Realizamos decenas de plenarios de trabajadores de distintas actividades del Estado Nacional, pero también de actividades de los trabajadores de las provincias”.
“Revitalizamos y dimos continuidad a tareas que venían llevándose adelante con mucho esfuerzo en nuestra organización, como es el área de investigación, el IDEP. Dimos un aporte más a nuestra Escuela de Formación Sindical a partir de instalar, además de los programas de tareas y de cursos presenciales que ya venían desarrollándose, el programa virtual que sin duda va a ser la herramienta que en el futuro va a tener un gran desarrollo que nos permita que la distancia de las capitales no sea un impedimento para que el compañero se forme. Nuestros delegados y nuestros cuadros de conducción, en el tiempo que viene, desde su lugar de trabajo o desde su domicilio van a poder incorporarse al programa de formación permanente de nuestro sindicato. En esto hemos hecho no sólo una inversión económica, sino una gran inversión de trabajo, de voluntad y, por sobre todo, de esperanza en que esto funcione. Cada vez que ponemos una nueva tecnología, lógicamente, están quienes no creen que vaya a funcionar y están quienes creen que va a ser la única herramienta, y en esa mezcla de expectativas y de experiencias, vamos desarrollando el avance”.
“Dentro de ese mandato de más participación y de más comunicación entre nuestros compañeros, seguro con defectos pero con mucho esfuerzo, creemos haber alcanzado algunos objetivos durante este proceso, para fomentar que nuestros compañeros se involucren cada vez más en las decisiones que se toman en nuestra organización”.
“En la comunicación hoy nuestra ATE está dando cumplimiento a un viejo mandato, a una vieja decisión, que por diversas causas no se había podido llevar adelante. Vieja, de 70 años. Hace 70 años El Trabajador del Estado, nuestro órgano de difusión, comunicaba que la decisión de la conducción del gremio en ese momento resolvía que El Trabajador del Estado debía llegar al domicilio de cada uno de los compañeros, para asegurar de esa manera, no sólo que el periódico, nuestra voz, sea un material de lectura en los lugares de trabajo o en el sindicato, sino que también llegue a nuestro hogar. Nosotros podemos decir que estamos haciendo un esfuerzo muy grande, pero que ya son cinco mil compañeros, arrancando por los de las comisiones directivas, los consejos directivos y las seccionales, los que reciben en su domicilio El Trabajador del Estado. Esto va a permitir, sin duda, una mejor comunicación: Potenciar la tarea de llevar la prensa a todos los lugares de trabajo. Tarea que sin duda es para nosotros fundamental. En un modelo de sociedad de rapidez y de muchísima información, nos ocurre que muchas veces nuestro periódico, nuestra información, un lugar demasiado secundario. Debemos esforzarnos para que la prensa sea lo que el compañero lea, lo que la compañera consuma, y que sea también un potenciador del debate en los lugares de trabajo. Así que en eso nos hemos puesto: En tratar de tener el mejor arte para que la prensa sea de la mejor calidad y de la mejor comunicación, y con la mejor redacción, pero además asegurando que llegue al domicilio de nuestros dirigentes en esta primera etapa y que sean esos dirigentes los que garanticen buscar la prensa en el sindicato y asegurar la distribución en los lugares de trabajo. Distribución, lectura y análisis deben ser parte de nuestro debate. En eso, sin duda, estamos poniendo un gran esfuerzo”.
“El mandato que tuvimos tenía que ver con algunas cuestiones reivindicativas fundamentales para los trabajadores del Estado. Una es la estabilidad en el empleo público. Fueron precisos nuestros compañeros: El tema de los pases a planta surgió durante todo el proceso electoral como uno de los temas fundamentales. Los compañeros reclamaban: Hay que pasar a planta. El gremio debe garantizar las herramientas para poder dar esa batalla. Aparecía también de una manera durísima la necesidad de que el principio constitucional de ‘a igual trabajo, igual salario’ se convierta en una realidad y que no sea solamente una hermosa letra en el Artículo 14 de la Constitución Nacional. Porque el nivel de desigualdades cada vez es mayor y cada vez nos golpea y nos condena con mayor dureza. Los que no somos jóvenes sabemos que siempre hubo algo de diferencia salarial entre un Estado y otro. Entre una región del país y otra, vinculada a veces por los costos de vida en la zona sur de la Argentina. O que a veces un compañero que estaba en el Estado Nacional ganaba un peso más que el del Estado Provincial, y éste por ahí ganaba un peso más que el del Estado Municipal. Pero también nos indican las experiencias que tuvimos de coordinadoras de gremios estatales en los años ’80, en las que peleábamos todos juntos en las provincias, que mucha disparidad salarial entre municipales o provinciales no había. De hecho, participábamos juntos de huelgas. En la década de los ’90 comienza a abrirse cada vez más esa brecha, y el modelo neoliberal, la desaparición del Estado igualador, y la desarticulación en 24 distritos de absolutamente todas las políticas de Estado y, a su vez, muchas de esas desarticuladas en más de dos mil Estados municipales, hizo que esa desigualdad, esa ligera diferencia, se profundizara a extremos que realmente son condenatorios para los trabajadores”.
“Hoy un trabajador del Estado Nacional, al que no le alcanza el sueldo para vivir, gana, a valores promedio, el doble que un trabajador provincial, y un provincial, a su vez, gana, a valores promedio, el doble que un municipal. Entonces, ‘a igual trabajo, igual salario’ se transforma también en una reivindicación que fue sentida, empujada y transformada en mandato por todos nuestros compañeros. El año pasado hicimos un trabajo, a título de ejemplo, en el que tomamos un caso de una enfermera o enfermero profesional con 44 horas semanales, en turnos rotativos, con feriados no calendarios, y las diferencias iban de cuatro a uno. Hay trabajadores con ese título habilitante, con ese desempeño, que ganan 1.900 pesos, y en el otro extremo, un compañero con las mismas características que puede llegar a ganar 8 mil pesos. Es decir, ‘a igual trabajo, igual salario’ no es cierto, y se transforma, para nosotros, en uno de los objetivos fundamentales. Es para nosotros uno de los problemas más serios estar condenado a la forma de administrar de los funcionarios del municipio o la provincia en la que a uno le tocó trabajar, o a su vez estar en el Estado Nacional y percibir, con tareas similares, salarios distintos de acuerdo al organismo en el que uno se desempeña”.
“El instrumento reparador de esas desigualdades y de esas injusticias es el Convenio Colectivo de Trabajo. Es esa herramienta que tiene que ver con el derecho fundamental que tenemos los trabajadores estatales, que es el derecho a que las condiciones laborales y salariales no sean fijadas en forma unilateral por el empleador. Ese derecho que este año cumple 34 años. No es un derecho tan viejo. Hace 34 años que la OIT sancionó el Convenio 154, por el cual tenemos el derecho a la Convención Colectiva. Nosotros estábamos en plena dictadura militar, y por eso no fue hasta muchos años después, que de la mano de nuestro querido Germán Abdala se logró sancionar una ley en el Congreso de la Nación, para que el Convenio Colectivo se transformara en realidad. Fue muy dura la lucha de nuestro gremio, porque recién en el año 2004, después de transitar mucho camino, nuestra organización logró sentarse en la mesa paritaria en la que se deben, o se deberían, resolver los problemas de los trabajadores estatales. La lucha por el Convenio Colectivo es una lucha que sin duda hace al motor de nuestra actividad”.
“En ese marco reivindicativo, y dando perfecto testimonio de nuestra ideología, que tiene que ver con que a nosotros no nos alcanza con discutir las condiciones laborales. Es imprescindible hacerlo, pero no nos alcanza con discutir solamente nuestras condiciones laborales. Nosotros también queremos discutir en qué Estado trabajamos y para quién trabajamos. No es lo mismo ser un trabajador de minería y estar trabajando para un proyecto soberano, que ser un trabajador de minería y estar al servicio de los intereses de las transnacionales. No es lo mismo para nosotros estar en un hospital y estar trabajando para la salud de nuestra población, que estar en un hospital sólo viendo cómo atajamos la enfermedad de nuestro pueblo y tratando de resolver la emergencia en el día a día. Nosotros necesitamos debatir cuál es el rol del Estado en el que nosotros trabajamos. Esto hace a la diferencia esencial entre nosotros y otros. Al modelo amarillo del sindicalismo, en el mejor de los casos, le interesa discutir el salario o discutir la obra social. A nosotros nos interesa, además de discutir eso, que haya un debate integral de la política del Estado, porque además no nos comemos ninguna fantasía. Salvo los compañeros de organismos recaudadores en algún momento, o de algún tipo de organismo de control, podrán tener un salario más o menos digno en cualquier modelo de Estado, pero la mayoría de los trabajadores estatales, en un Estado que no esté al servicio de los intereses populares, no se van a salvar solos. No vamos a ganar estabilidad y Convenios Colectivos si el Estado no está al servicio de los intereses del pueblo argentino. Para nosotros esa discusión, nuestra reivindicación, es fundamental”.
“Sobre esto nos empeñamos en trabajar durante el 2012, y le pusimos un punto y un hecho, que fue el 27 de Junio. Teníamos que encontrar una forma de unificar a los trabajadores del Estado, porque el modelo neoliberal nos fragmentó a un punto en el que prácticamente no nos conocemos. Porque cuando un trabajador tiene un ingreso de mil pesos, y otro compañero tiene un ingreso de ocho mil pesos, prácticamente no nos conocemos. Es muy difícil hermanarse en la clase cuando hay tanta diferencia a la hora de tener que enfrentar el costo de vida. Y esto es lo más grande que nosotros hemos construido, compañeros. Nuestras Seccionales, nuestros Consejos Directivos, donde nuestros dirigentes tienen que ingeniárselas y hacer la gran tarea que es compatibilizar y unificar situaciones distintas. Yo lo he vivido, y lo han vivido todos ustedes: Lo cuentan compañeros secretarios de cualquier Seccional, que nos dicen que hay compañeros que llegan en un cero kilómetro, otros que llegan en una motito y otros que llegan en bicicleta. ¿Cómo hacemos para que todos esos compañeros sientan que este sindicato es de ellos y que nosotros tenemos un destino común? Esa es la gran tarea, y buscamos lograrla el pasado 27 de Junio”.
“Ese 27 de Junio que por destino nos tocó difícil, ya que ese mismo día una central sindical lanzó otra marcha. Nosotros tuvimos que trabajar meses para realizar ese paro, porque después de tantos años de política neoliberal, no va a salir solo que los compañeros se unan. Los compañeros no se van a unir sólo porque nosotros lo decretemos, sino que lo harán en la medida en la que nosotros seamos capaces de convencerlos, y de mostrarles que hay una esperanza, un punto, una posibilidad para adelante. Si no, no se van a juntar. Si nosotros no logramos cuando vamos a plantear la unificación que la esperanza le gane a la experiencia, no hay posibilidad de hacerlo. Porque muchos compañeros nos van a decir, y hasta a veces con razón, cosas como ‘la experiencia nos indica’, o ‘nosotros siempre peleamos así, los provinciales por un lado y los municipales por otro’. La experiencia nos debe servir para la inteligencia colectiva, pero no debe paralizarnos. Debe ser la esperanza, la posibilidad cierta: Nosotros soñamos con que alguna vez el empleado público sea reconocido con dignidad en cualquier Estado en el que le toque trabajar, y sin importar si le toca desempeñarse en el pueblo fronterizo más pequeño o en la capital más moderna y más estratégica del país. Ese trabajador debe tener el reconocimiento que le corresponde, y es para nosotros entonces que ese 27 de Junio adquiere sentido. Lo pudimos llevar adelante en muchos lugares del país. Nosotros tenemos dos provincias en donde el 27 de Junio ya es feriado: Entre Ríos y Neuquén. Sin embargo, y a pesar de ser feriado, los compañeros igual ganaron la calle con el concepto de unir a los nacionales, a los provinciales y a los municipales. Claro que no va a ser sencillo, claro que no va a ser fácil y claro que no está decretado que mañana vamos a lograr la respuesta, pero sin duda es la esperanza la que tiene que mover a nuestra organización a empujar esas tareas”.
“Vamos a honrar con toda nuestra voluntad y la inteligencia que Dios nos ha dado, poca o mucha, este mandato que hemos recibido, que es el de generar las mejores condiciones para nuestros compañeros, y no las peores condiciones para pelear. Hay que generar el mejor estado de asamblea, hay que generar el mayor arco de unidad a la hora de ir a pelear. No podemos llevar a los compañeros al peor terreno de la lucha: Al aislamiento, al pelar solos. Cualquier compañero sabe que es mejor cuanto más seamos a la hora de dar la batalla. Esto es mandato. Esto no es capricho político. Y lo que sirve en un lugar, sirve en otro. Eso es lo que nosotros, durante el 2012, intentamos. No está regalado, pero hay que seguir intentándolo. Y es mandato porque cada vez que vamos a hacer una asamblea los compañeros nos dicen ‘che, ¿por qué no se juntan?’. En ningún lugar del Estado uno va a encontrar un unicato. En cualquier lugar al que uno vaya va a encontrar dos, tres, o más organizaciones a las cuales los compañeros están adheridos. Orgullosamente nosotros estamos convencidos de que la nuestra es la mejor, pero hay otros compañeros. ‘¿Por qué no se juntan?’, nos preguntan. Ese planteamiento tan sencillo viene de la cabeza del compañero que está en el frente de batalla laboral, que ocupa gran parte de su tiempo en pensar las tareas que está desarrollando, y no la construcción política en términos teóricos. En seguida que arranca la asamblea ese compañero ya nos dice ‘che, ¿por qué no se juntan todos a ver si podemos, entre todos, lograr los objetivos?’. Ese mandato sencillo es el que nosotros hemos asumido: Juntarnos con otras organizaciones para ver si podemos hacer fuerza en cada provincia, en cada municipalidad, en el Estado Nacional. Para ver si entre más compañeros podemos hacer más fuerza para lograr los objetivos que tenemos. Y también con la esperanza siempre viva de que otro gremio de trabajadores del Estado no es un enemigo nuestro. El que hoy es otro gremio, mañana puede ser nosotros. Mis compañeros de mi provincia y yo no participamos de la recuperación de ATE del año ’84. Nosotros no estábamos en ATE en el año ’84. Pertenecíamos a otro sindicato, de esos a los que a veces mal llamamos paralelos y con los que alguna vez tenemos gestos despectivos porque por ahí con el dirigente de ese sindicato no compartimos ideológicamente. A los afiliados de esos sindicatos también tenemos que verlos como posibles futuros compañeros de una gran organización. Nosotros, en Neuquén, empezamos la relación con ATE firmando un acta que decía ‘unidad en la acción’. Ese fue el primer acuerdo que hicimos, en el que decíamos ‘vamos a caminar juntos, a ver si podemos’. Y caminamos juntos hasta que tomamos la decisión, en una asamblea general, de disolver el sindicato para incorporarnos masivamente a la Asociación Trabajadores del Estado. Entonces, es posible pensar, aunque sea muy lejos, que esa organización con la que hoy hacemos unidad en acción, pueda transitar junto a nosotros otro tipo de integraciones. Pero sí haciendo honor al mandato básico: Juntémonos compañeros, porque sino alcanza con nosotros, no hay que llevar a los compañeros a una lucha que tenga cantada su derrota de antemano. Hay que hacer el esfuerzo de generar las mejores condiciones para librar la pelea. Nosotros hemos intentado durante el 2012 generar esas condiciones, en el término general de las relaciones políticas, políticas adentro de nuestro sindicato, y defendiendo a rajatabla este principio de unión, el principio de por qué nosotros abandonamos nuestras experiencias de gremios por provincia y nos incorporamos a la unión, al sindicato único, al sindicato nacional”.
“Y hoy, más que nunca, este sindicato nacional tiene sentido. Cuando hablamos de esos salarios dispares que se perciben en distintos lugares, hay que entender que son directamente proporcionales los recursos económicos que tiene nuestra estructura sindical con los salarios que se perciben. Entonces, compañeros, si hay municipalidades más pobres que otras, provincias más pobres que otras, organismos nacionales más pobres que otros, hay también partes de ATE más pobres que otras. Hay ATE rico y hay ATE pobre. Hay ATE que con su cuota sindical pueden y ATE que con su cuota sindical no pueden. El sentido de la unión, hoy más que nunca, sirve porque debe ser el socializante. La unión es la que tiene la posibilidad de reparar, aunque sea parcialmente, esas desigualdades. Hay algunas partes de ATE que con sus recursos podrán comprarse un auto o comprarse una sede propia, pero hay otros ATE que no. Entonces, ¿cómo hacemos? ¿Vamos a hacer entre nosotros diferencias de primera, segunda o tercera categoría? Ese no es el camino. El camino de la unión es que entre todos juntamos recursos para que esos recursos nos permitan ir reparando esas desigualdades. Y nosotros en eso, compañeros, este año hicimos un esfuerzo importante. Hicimos una inversión importante en ese sentido”.
“Ustedes van a encontrar en la Memoria en detalles más concretos, pero yo en términos generales quiero planteárselos: Hemos comenzado a construir un hotel en la ciudad de Buenos Aires, que es donde lo estamos necesitando cada vez más por las derivaciones médicas, que por las crisis de las obras sociales provinciales que mandan a los compañeros para acá con apenas, en el mejor de los casos, la prestación en alguna clínica, pero sin hotel. Esto nos está pasando diariamente. Esos recursos económicos generales, que son los que nosotros administramos como Consejo Directivo Nacional, deben salir a dar una respuesta rápida. Entonces empezamos la construcción del hotel de la calle Moreno, para el que ya hemos hecho una inversión superior a los tres millones de pesos. Ya arrancamos la base: Los suelos de la ciudad de Buenos Aires son blandos por lo que los costos son altos, pero ya arrancamos. Este hotel nos va a permitir liberar un montón de plazas que ocupamos con la actividad gremial en el Hotel 27 de Junio, en la calle Defensa, del barrio de San Telmo. Esto nos va a habilitar a que para más compañeros que diariamente están pidiendo plazas fundamentalmente vinculadas a las derivaciones médicas, tengamos una respuesta. Estamos metidos en esa inversión, que es para el conjunto. Esto es para todos, menos quizás para los compañeros de la Capital Federal, quienes obviamente no van a venir a usar el hotel en Buenos Aires, pero sí para todos los que somos de las provincias”.
“Hemos lanzado además un plan de autos. Deben ustedes recordar que en el primer Confederal, apenas asumimos, hicimos una encuesta Seccional por Seccional y Consejo Directivo por Consejo Directivo, sobre cuáles tenían auto, qué modelos eran, si había conexión a Internet, si había computadoras, si la sede era propia o alquilada. Todo eso sirvió para tener un relevamiento exacto de la situación del sindicato. Porque eso es lo que hay que ir a reparar, y eso es lo que hay que socializar. Adquirimos entonces durante el 2012, con una inversión de dos millones y pico de pesos, una importante flota de autos que va a significar que ese 51 por ciento que no tenía vehículo propio, o bien lo ha adquirido durante el 2012, o lo va a adquirir durante el 2013, ya que nuestro objetivo es que para fin de año el 100 por ciento de nuestras Seccionales tengan un vehículo automotor para poder cumplir sus tareas. Porque si vamos a crecer, y si vamos a empujar el crecimiento de municipales en todas las localidades, los compañeros no pueden andar a pata para llevar la voz del sindicato. Todo esto es hecho sobre la base de una distribución justa. Prácticamente, y salvo alguna cuestión tecnológica que lo impida, podemos decir que todas nuestras Seccionales tienen conexión a Internet. Se han dotado también de computadoras a las que lo necesitaban”.
“Estamos también en un proceso de construcción de varias nuevas sedes, con un sistema mixto: En algunos Consejos Directivos que tenían recursos, con un aporte del Consejo Directivo Nacional estamos construyendo Seccionales y sedes de los CDP. Entre grandes y pequeñas pero importantes obras, estamos en ejecución en más de 36 acciones en todo el país. Hemos lanzado un plan para ayudar a los Centros de Jubilados y a las Seccionales para la reforma de baños, que puede parecer una cosa tan secundaria, pero que en realidad es muy importante. Muchas de nuestras sedes son casas, y esas viviendas están preparadas para que viva una familia, entonces tienen un solo baño. Esas cosas pueden no ser la revolución, pero es la gestión diaria del sindicato, es lo cotidiano. Si vos tenés un local de un Centro de Jubilados, no podés no tener un baño para discapacitados. Tenemos que darle acceso a los compañeros con sillas de ruedas o muletas. Esas cosas son las que también estamos llevando adelante. No sólo el hotel, no sólo lo grande, sino también lo pequeño, lo de todos los días: Ir ayudando a todas las Seccionales y CDPs para hacer una realidad en la que tengamos un mínimo garantizado. No va a ser posible hoy reemplazar y reparar toda la injusticia de un modelo vigente que nos lleva a esta realidad. Lo decía el innombrable de Cavallo: Provincias y ciudades viables y no viables. El sindicato tiene que reparar eso y en eso nosotros hemos puesto un gran esfuerzo. Y lo podemos poner, compañeros, en grandes números que les servirán para una idea: Del 30 por ciento que administra el Consejo Directivo Nacional, el 17 por ciento es para actividad plena del CDN, mientras que el otro 13 por ciento se utiliza en todo este tipo de acciones. En recaudar y controlar la recaudación, que lleva un costo económico. Imagínense que tenemos que controlar una recaudación que llega a los 280 millones de pesos. Esa es toda la recaudación de nuestra organización. Hay que controlarla, fiscalizarla, garantizar que se hagan los pagos, y todo un proceso que lleva un costo. Si no se hiciera, no habría recaudación: Hay intendentes y gobernadores pillos que no te depositan, o que te depositan tarde. Es decir, hay todo un mecanismo que lleva un costo: Las obras, las ayudas, la flota automotor, planes a los que aspiramos, como es el comunicacional, que aspiramos a instalar en el 2013, y que nos permita que todo nuestro sindicato quede interconectado por un sistema de intranet que nos permita tener un sistema mucho mejor de comunicación. Esto nos va a permitir más debate, más opiniones y también más igualdad”.
“Para terminar, quiero decir que nosotros, durante este período intentamos llevar adelante las luchas por las cuales hemos tenido mandato. Con diversos resultados: Algunos mejores, otros peores. En algunos nos ha ido bien, en otros nos ha ido regular. Mejorar nuestra propuesta de organización, este desafío que hemos hablado muchas veces, con mucho debate, con mucha discusión, pero llevándolo adelante con voluntad política, que es la organización de los trabajadores del Estado Nacional, como le damos forma a esa organización. Es para este Consejo Directivo muy importante el tema de que cuando termine nuestro mandato tengamos un ATE más justo, un ATE donde no haya tanta diferencia entre unos y otros, un ATE más de iguales, un ATE donde el sueño de la sede propia pueda ser una realidad. Nosotros también tenemos sueños y objetivos de gestión, y para eso sirve la unión: Para que entre todos podamos ayudarnos, darnos una mano, permitirnos avanzar en ese sentido. Hemos intentado administrar con sabiduría, con la inteligencia que tenemos, poca o mucha, hemos intentado cumplir durante el 2012 este mandato que recibimos de nuestras bases: Dar pelea, no arrugar en ninguno de los espacios. Donde hay que ir a pelear, la Asociación Trabajadores del Estado va a estar peleando. Donde nos inviten a proponer, también vamos a estar proponiendo. Somos buscadores de espacios para proponer. Y, por sobre todo, construyendo una ATE solidaria, unida y democrática, federal y respetuosa. Hemos intentado, esperemos haberlo logrado, durante el 2012 respetar a todos los compañeros. Llegamos a este lugar confrontando con otra lista de compañeros que presentaron otra propuesta al conjunto del sindicato. Nos tocó en esa partida ganar las elecciones. Nuestra propuesta fue mejor para los compañeros, que la tomaron, la llevaron al cuarto oscuro y votaron. Por eso estamos nosotros acá. Por supuesto con mucho respeto por los compañeros que valientemente armaron una propuesta, la supieron construir y caminar en el país, y que dieron batalla electoral. Debemos reconocer que apenas terminó el proceso electoral rápidamente nos pusimos en contacto y seguimos trabajando juntos y ayudándonos. Nos tocó también en algunos lugares perder. No ganamos en todos lados. Hay lugares donde otras propuestas, no a nivel nacional sino de las provincias, otros compañeros fueron elegidos, y esperamos haberlos tratado con respeto. Por supuesto, si no fue así, intentaremos repararlo, pero no es que no hemos tenido la intención de no respetar a quienes tienen opiniones distintas. Nosotros creemos en ese ATE: Unido, solidario, democrático y federal. Este es el informe que yo quería brindar en nombre del Secretariado a este Congreso”.
Prensa ATE – 30/05/2013