La Junta Interna de ATE en el Ministerio de Trabajo denuncia los millonarios negociados de consultoras privadas y el desmantelamiento de los equipos profesionales en la Dirección de Sistemas. Tercerización, violencia laboral y persecución sindical son algunos de los ingredientes de una receta neoliberal que se cocina en la cartera que encabeza Carlos Tomada.
A fines de los noventa el Ministerio de Trabajo no contaba con sistemas informáticos propios. Con el fin de superar dicha carencia, años mas tarde se crea la Dirección de Sistemas. Desde este lugar, los trabajadores del sector lograron informatizar la totalidad de las áreas del Ministerio. Vale aclarar que estamos hablando de profesionales que, frente a un mercado laboral ávido de sus servicios, eligieron trabajar en el Estado y se especializaron en temáticas sensibles al campo popular, como son las ligadas a planes sociales, negociación colectiva y fiscalización del trabajo en negro.
Pese a esto, hoy algunos funcionarios cercanos a intereses privados buscan que la cartera laboral retroceda varios casilleros desmantelando estos equipos de trabajo. ¿Cómo? Al igual que en el menemato, tercerizando mediante contratos millonarios con consultoras amigas. En 2011 GLD Consultores SRL (CUIT: 30-62874100-6) firmó un contrato con el Ministerio de Trabajo por la venta de 60.000 horas de desarrollo por una suma de U$S 1.500.000. Sí, un millón y medio de dólares por consultores que a 25 dólares la hora terminan costándole al Estado U$S 4.000 al mes. Mientras tanto, profesionales del Ministerio con años de compromiso y experiencia tienen que concursar sus puestos para ganar a duras penas $ 7.000 en mano.
Não tem fin…
En 2013 se presentó la misma licitación para la Dirección de Sistemas, pero en este caso por 120.000 horas y el doble de dinero. Si bien ya salió la adjudicación, todavía no fue comunicada cuál fue la empresa beneficiada. Los trabajadores sospechan que la misma consultora amiga se habría quedado con el negocio.
Amigos son los amigos
Un hecho relevante es que Rubén Jorge Martínez, hoy contratado en el área por el Ministerio, haya trabajado 15 años para GLD Consultores. Y no es ninguna casualidad que, tras la adjudicación de la licitación, otra consultora – en este caso SYSTEMS MANAGEMENT SPECIALIST S.A.- haya solicitado la revisión integral de todo el proceso. Argumentaba que por el mismo trabajo habían ofertado U$S 1.308.900, casi doscientas lucas verdes menos que GLD Consultores. Obviamente, las excusas tardaron y no fueron suficientes: el Ministerio justificaba la elección por criterios técnicos que según los especialistas son poco relevantes.
Como si esto no fuera poco, entre las tareas de Rubén Jorge Martínez figurarían las de “participar en los procesos de adquisición y pruebas de las soluciones informáticas de terceros. Asimismo, supervisar las actividades realizadas por terceros en el desarrollo e implementación de soluciones informáticas”. Esto quiere decir que el mismo amigo de GLD Consultores sería el encargado de controlar y supervisar a GLD Consultores.
Y otra consultora…
Para completar el déjà vu neoliberal, el Ministerio contrató a la empresa Olivia Consultoría, que se presenta como líder en procesos de transformación de negocios, para formar la ‘Oficina del Cambio’. Esta, al mando de expertos en ‘coaching’ y en ‘violencia laboral’, intenta convencer a los trabajadores de los beneficios del cambio, a la vez que busca aislar a aquéllos que están dispuestos a defender sus puestos de trabajo.
“Por si esto fuera poco, las nuevas tareas asignadas al personal no tienen en cuenta la experiencia ni trayectoria de los trabajadores y, por el contrario, se busca encumbrar en puestos de dirección a personajes carentes de toda preparación técnica, sin más méritos que su obsecuencia y canina fidelidad con el poder de turno”, denuncia un comunicado de la Junta Interna del Ministerio. El texto continúa: “Ni siquiera se ha respetado la tutela gremial de los delegados del sector, a quienes también se ha degradado en sus funciones”.
La respuesta de los laburantes
Frente a esta grave situación, la respuesta de los trabajadores no se hizo esperar. En abril presentaron una nota firmada por 30 profesionales, de un total de 50 (muchos no sumaron su rúbrica por miedo a represalias), para reclamar el cese del desmantelamiento en la Dirección. Luego, además de declarar el estado de alerta y movilización, el miércoles 9 de octubre los compañeros se hicieron sentir fuerte y claro por los pasillos del Ministerio. Minutos antes de que la ruidosa protesta llegara a su oficina, la Directora del área, Mónica Alcíbar, decidió abandonar abruptamente el edificio. “Días después nos enteramos que también había decidido adelantar imprevistamente sus vacaciones”, contaron los compañeros de la Junta Interna, y sostuvieron: “Si insisten en desarmar los equipos y tercerizar las tareas del área a través de consultoras privadas, deberán acostumbrarse a escapar por los ascensores y comenzar a planificar unas largas vacaciones”.
Fuente: El Trabajador del Estado