Texto fundacional ANUSATE

Un grupo importante de compañeros que componen las diversas Seccionales de ATE, impulsados por la inquietud ante la magnitud de situaciones estructurales y económicas por la que atraviesan todos los trabajadores, ha decidido autoconvocarse para analizar, a la luz de la realidad social y política que nos circunda, el estado y la marcha de nuestra Organización.

Partiendo de una fecha que irreversiblemente se inserta en la historia política de nuestro país, y en especial en la vida del Movimiento Obrero, por ser éste uno de los directos objetivos que se persiguen a partir del 24 de Marzo de 1976.

La prohibición de la actividad gremial, la inconsulta reforma a toda la legislación laboral, la cesantía de la mayoría de los cuadros gremiales de nuestra organización y la imposición de una política económica salarial lesiva al interés de los trabajadores con evidentes rasgos discriminatorios tanto en la Administración Pública nacional como provincial y en las Empresas y Organismos del Estado.

La incentivación de la “Racionalización Administrativa” fundada en el repetido y gastado argumento de que la crisis que soportamos tiene su sustento en la maquinaria estatal, eludiéndose otras razones más importantes y gravosas producto de una filosofía basada en la libre empresa y en la liquidación de nuestros recursos básicos elementales, en desmedro de nuestra economía y a favor de los países de gran poderío económico y tecnológico.

Frente a estas escuetas razones y otras que obviamos por ser por demás conocidas y que vivenciamos todos los días, se produce paralelamente el paulatino desmembramiento de nuestra organización a nivel nacional.

La incapacidad, el inmovilismo y el silencio cómplice de la actual conducción nos obliga y compromete a reunir nuestros mejores y mayores esfuerzos para salvar a nuestra organización de su destrucción estableciendo enfáticamente que, por encima de cualquier enfoque diferenciado sobre el particular, nos proponemos la defensa inclaudicable de la única  herramienta válida de autodefensa de los trabajadores: su organización gremial.

Para exponer esta afirmación partimos de que sus actuales y perimidos conductores se han asimilado a la situación descripta y esgrimen, como una defensa para justificarse, el tramposo argumento de que nada puede hacerse en estas circunstancias.

Así, entonces, no sólo se tiende a la casi desaparición de nuestro cuerpo nacional representativo sino que, lo que es más grave aun, se renuncia en los hechos a la defensa de los intereses de nuestros representados violando principios filosóficos y doctrinarios que han sido y deberán ser el elemento principal que motorice el accionar de la dirigencia.

Es por ello que, por encima de luchas personales e intereses, nos mueve el fervor militante de servir prioritariamente a nuestros compañeros y por analogía a la comunidad toda sin pasiones descontroladas, sin intereses espurios o minúsculos y sin fijarnos como objetivo final el solo confrontar en un acto electoral para reemplazar hombres.

Queremos ofrecer un cauce que, aunque largo y difícil, sirva para modificar conductas y políticas, renovar lo caduco, garantizar idoneidad para la función, evidenciar en el accionar permanente la lealtad en todos los aspectos, erradicar la irrepresentatividad y la antidemocracia sindical eliminando para siempre los tutelajes nocivos, los oportunismos políticos coyunturales, la demagogia y el compromiso con la dádiva económica que envilece. Como así también las definiciones o razonamientos simplistas que siempre tienden a favorecer a quienes pretenden silenciar, atomizar e ir contra el Movimiento Obrero negando su necesaria e incuestionable presencia en  nuestra sociedad.

Este es el camino si realmente se aspira a concretar un verdadero proyecto liberador.

Afirmados en estas breves y concretas premisas, concientes de la tarea que emprendemos y convencidos de que los hechos y el tiempo histórico nos darán la razón, iniciamos esta empresa. Sin propuestas fáciles y demagógicas y sin actitudes altisonantes o emotivas, evitamos desde el inicio de este movimiento confundir a los Compañeros y distorsionar los fines que perseguimos.

Estamos convencidos de que sólo seremos rechazados por los mediocres o comprometidos con la situación actual y seremos combatidos por los detentadores permanentes de los cargos sindicales quienes nos pondrán motes, rótulos o intenciones subalternas para pretender sacarnos del medio. Y anticipando desde ya que a esta cruzada, al no pertenecer a nadie en particular sino al conjunto de nuestra organización, no podrán frenarla ni impedir su crecimiento y podremos  entre todos erradicar los reales problemas negativos que soportamos y que hemos descrito sintéticamente.

Éstas y otras muchas razones que iremos haciendo públicas fundamentan nuestra actitud y nos han decidido a constituir un organismo de expresión y aglutinamiento de todas aquellas voluntades que, convencidas de esta necesidad, decidan voluntaria y libremente transitar nuestro camino.

Un camino en pos del objetivo común que hará posible restablecer para todos los Compañeros la confianza perdida, canalizar la crítica que observamos y vivimos  en casi todas las Seccionales, galvanizar la fe en nuestras convicciones doctrinarias y fortalecer la decaída vida orgánica de nuestra Asociación.

Formulamos este llamamiento hoy para que nadie pueda alegar que no fue convocando a esta justa y necesaria iniciativa y porque queremos evitar que mañana sea tarde para salvar a una de las organizaciones pioneras del Movimiento Obrero Argentino.

NAZARETH. Diciembre de 1977

 

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