La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) participó activamente de la multitudinaria marcha a Plaza de Mayo en repudio a la represión desatada en el día de ayer en Jujuy y que costará la vida de tres militantes de la Corriente Clasista y Combativa. Similares movilizaciones y actos de repudio se sucedieron a lo largo y ancho del país para decir una vez más que “El límite es la muerte”.
Desde antes de las 11 de la mañana se fueron arrimando al Obelisco todo tipo de organizaciones sociales, culturales, políticas, universitarias y sindicales conmovidas por el bestial asesinato de los compañeros Félix Reyes, Ariel Farfán y Juan José Velázquez y la feroz represión desatada sobre familias que dormían indefensas durante la madrugada del jueves 28 de julio.
De ahí marcharon por Diagonal Norte hasta una Plaza de Mayo cubierta de vallas y policías que se llenó de voces indignadas por la barbarie.
“El segundo apagón”
Allí, sobre un camión de reparto de bebidas que hizo las veces de escenario, habló Juan Carlos Aldarete, coordinador del área de desocupados de la Corriente Clasista y Combativa.
“Ayer se produjo un nuevo apagón en Libertador General San Martín. El primero fue en aquellos años de dictadura, la Noche del Apagón, de la mano de la familia Blaquier, dueña del Ingenio Ledesma y responsables de aquella represión y la desaparición de compañeros.
Ayer en el mismo pueblo, en terrenos de la misma empresa volvió a suceder un segundo Apagón. Algo que le veníamos advirtiendo al gobierno provincial y al gobierno nacional.
Esto tiene que ver con la no respuesta, la no solución al problema social grave, al problema de la vivienda por el que nosotros estamos obligados a ocupar un pedazo de tierra.
Y nos responden con represión, con asesinatos como ha pasado en Soldati, como ha pasado en la Comunidad La Primavera con la Nación Qom en Formosa, como ha pasado con el compañero Mártires López en Chaco”.
Acompañado por Ricardo, hijo de Luís y Olga Aredes, mártires de la represión y la contaminación del ingenio azucarero, y por Elizabeth, viuda de uno de los asesinados en el Parque Iberoamericano, Aldarete expresó lo que todos sentían: “La ocupación en El Triangulo no solo fue de compañeros de la CCC, también había trabajadores municipales, estatales y compañeros del sindicato de azucareros del ingenio recién afiliados a la CTA. Todos compañeros que buscaban un terreno para su casa como todos y hoy están detenidos o heridos por al represión salvaje.. Nosotros no les tememos a la represión porque tenemos la razón y si no resuelven el problema social va a haber cada vez más ocupaciones porque no tenemos donde vivir. Y la única forma de defendernos es estando en las calles, comprometiéndonos con más fuerzas y si es posible volveremos a movilizar de nuevo como en esta convocatoria multisectorial y masiva”.
“Permiso para matar”
Llegó luego el turno de Ricardo Peidró, secretario general adjunto de la CTA Nacional: “En este momento, miles y miles de trabajadores y trabajadoras están movilizados en todo el país, como aquí en la Plaza de Mayo, porque somos conscientes de que la represión y la muerte se paran con la unidad, con la decisión política de converger en la acción. La misma decisión política que tienen los que deciden la muerte. Porque cuando se reprime y se mata no se trata sólo de alguien que oprime un gatillo sino que hay un ámbito donde se toman esas decisiones, donde se da el permiso para matar. Porque ya son 13 los muertos en el último año por la represión de las fuerzas de seguridad del Estado o por la represión tercerizada en las patotas.
Lo que ocurrió en Jujuy es una maqueta de lo que fue el genocidio de la dictadura. Ahí vemos claro la asociación de los grupos económicos con las fuerzas represivas y el poder político. Algo que nosotros veníamos denunciando desde siempre porque el genocidio fue perfectamente premeditado para establecer un determinado modelo económico y social financiado por los grupos económicos con la complicidad del poder político y los civiles que acompañaron.
Ayer pasó lo mismo. Los Blaquier vuelven a mancharse las manos de sangre, siguen comprando jueces y políticos y son también responsables de las muertes de los compañeros y compañeras.
Decimos que el límite es la muerte pero también decimos que queremos que vaya hasta el último genocida preso, al igual que deben ir presos los responsables económicos de aquel genocidio.
Pero también hay que respetar los derechos humanos de hoy, de los que no tienen vivienda, de los que no tienen salarios, de los que no tienen salud, de los que no tienen trabajo.
Compañeros y compañeras sabemos que esto se hace peleando en los sindicatos, en la calle, en los piquetes, donde sea porque sólo así construiremos la sociedad que nos merecemos y que nuestros muertos soñaron”.
La misma solidaridad, el mismo repudio siguió escuchándose en Plaza de Mayo, en Libertador San Martín, en la ruta 34 de Jujuy, en el Km 0 de Mendoza, en Neuquén, en Córdoba, en Tucumán, en Paraná y en las distintas plazas de todo el país.
Fuente: www.agenciacta.org