A un año de las elecciones de la CTA y merced a las permanentes intromisiones del gobierno nacional, no tenemos todavía una resolución “legal” de la misma. En los meses previos a la elección, las distintas listas que se presentaban proclamaban una CTA “independiente de los gobiernos y de los patrones”, fiel a su historia y a sus compromisos fundacionales.
Sin embargo, la Lista 10 liderada por Yasky cambió abruptamente su orientación en el último tramo de campaña. Tal vez presagiando una segura derrota en las urnas, cambiaron su discurso por uno claramente Kirschnerista, de apoyo a ultranza del gobierno “Nacional y Popular”.
En una puesta en escena visiblemente armada de antemano, Yasky proclamó su triunfo cinco minutos después de terminados los comicios y, cuando comenzaron a llegar los resultados adversos, puso marcha al “plan B” denunciando fraude.
Como ocurriera, lamentablemente, en tantas otras organizaciones, el plan A y el B estaban armados desde las estructuras políticas del gobierno nacional e implementadas burdamente por un grupo ultra K de la lista 10. Consistía, de máxima, en ganar las elecciones de la Central y transformarla en un apéndice del gobierno, mientras el Plan B, finalmente implementado, radicaba en embarrar la cancha, judicializar la elección, llevando al Ministerio de Trabajo y a la Justicia – a pesar del acuerdo expreso firmado por las listas de no hacerlo – y dar a Yasky la continuidad como “interventor” de Tomada.
En el transcurso de esta estrategia, se llegó a límites insospechados, desconociendo primero los acuerdos firmados, convocando a una elección complementaria que nunca se preocuparon en realizar, desconociendo los resultados de la elección que si se realizó y, como si fuera poco, permitiendo que el mismo Ministro Tomada se presentara a la Justicia, haciendo los veces de apoderado de Yasky.
Proclaman, como excusa para no realizar una nueva elección complementaria, la necesidad de cambiar la Junta Electoral Nacional, la misma que fuera votada en el Congreso de la Central presidida por el mismísimo Yasky el 14 de mayo de 2010 en Embalse de Río Tercero, Córdoba.
Ya ha transcurrido un año del triunfo de Pablo Micheli que lo consagró como Secretario General de la CTA y las acciones de cada uno de los sectores, el trabajo de cada uno de los dirigentes y de los compañeros, demuestra claramente la verosimilitud de lo dicho anteriormente.
Yasky, ya no tuvo que explicarle a nadie en carácter de que participaba de los actos de gobierno y, como no tuvo que hacerlo, fue por más. Se encolumnó definitivamente con el gobierno K, participó de la asamblea de la OIT que había invitado a Pablo Micheli, aplaudió el veto de la Presidenta al 82 % móvil olvidando su participación en muchas de las mil marchas convocadas por los jubilados, sumó su voto para dar la unanimidad en el Concejo del Salario, junto al gobierno, la CGT y la Unión Industrial, en un hecho inédito.
También utilizó su poder para desinflar los reclamos de los gremios docentes, dejando en soledad a los compañeros de Santa Cruz, a los que agredieron físicamente en su provincia y también a pocos metros de la casa rosada.
Queda en claro que estas no son “lecturas políticas” del tema sino hechos concretos y verificables.
Basta como ejercicio leer las páginas web de unos y otros.
ACTA, la Agencia de noticias de la CTA, fiel a su historia de compromiso con los trabajadores, muestra por estos días su adhesión a la marcha convocada por el encarcelamiento de los delegados ferroviarios, con un claro posicionamiento en un tema donde el mismo Moyano ha dejado a la derecha a Yasky.
Los trabajadores del Call Center, los autogestionados de la Cooperativa El Amanecer de Misiones, los trabajadores del Peaje de Centenario, en la provincia de Neuquén, entre otros tantos continúan luchando, no solamente contra la patronal, sino también por su personería gremial que ponga fin a los unicatos.
Nuestros pibes y nuestros viejos siguen siendo prioridad en la Central y allí está Pablo, liderando la jornada nacional del 8 de Junio con miles compañeros en las calles, con cortes de ruta, con movilizaciones, actos… ganando las calles del país.
Se sigue expresando que “el hambre es un crimen”, por la aparición de Julio López, por el 82 % móvil, acompañando la lucha de los pueblos originarios, denunciando la criminalización del sindicalismo, bregando por un país que defienda sus recursos naturales, mostrando, una vez más que los trabajadores están para más y que retomaron las calles del país el 23 de setiembre por la libertad y democracia sindical.
Cada una de estas medidas, además, cuentan con la mayor legitimidad, la otorgada por cada uno de los compañeros congresales con su voto en ese Congreso Nacional Federal que si se animó a convocar Pablo Micheli, de cara a miles compañeros en Mar del Plata o en el Segundo Consejo Federal de la Central.
¿Qué muestra por su parte la web de la Lista 10?
En su parte superior se impone un video de “mensaje” de la presidenta Cristina Fernández…, seguido por un acto en el cual Yasky anuncia con orgullo “que continúan luchando” … por la candidatura de Cristina.
También nos encontramos con una nota a Baradel junto a …Facundo Moyano!!! Nos enteramos que en el Buenos Aires de Macri a los decentes les es permitido luchar, otra nota titulada “Néstor, Cristina y nosotros los pobres”, otra sobre “El almácigo de Néstor Kirchner” y para rematar otra de De Petri titulada “Cristina 2011”.
No quedan dudas, mientras la CTA proclama el “tiempo de hacer” en la pluma del “Pipón” Giuliani, para la Lista 10 es solamente el tiempo de seguir la política de gobierno pisoteando a su paso la historia de nuestra Central.
Hemos discutido largamente con muchos compañeros sobre lo que significa una Central de Trabajadores y la diferencia sobre la participación política de cualquier afiliado, en el partido que fuere. La definición final siempre fue la misma: Ni de los gobiernos, ni de los patrones, ni de los partidos”.
Yasky está en todo su derecho de militar en el Kirschnerismo, sólo tiene que dejar de ensuciar nuestra CTA. La historia marcará como siempre que la lucha de los pueblos se lleva adelante “con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”.
Micheli se proclama “independiente” pero financia la campaña de Binner, De Gennaro y de Lozano con plata de los trabajadores ¿que independencia es esa?
Basta de hipocresía Micheli, los trabajadores y trabajadoras estamos cansadxs de tus mentiras y los aprietes de tu gente. En capital soportamos los aprietes de ate todas las semanas.
E. P.
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