49º Congreso Extraordinario: Informe Político

Durante la apertura del 49º Congreso Extraordinario de ATE, que tuvo lugar el día de ayer en la sede del Consejo Directivo Nacional del sindicato en la Capital Federal, el Secretario General de ATE, Julio Fuentes, ofreció el Informe Político para los más de 150 congresales presentes.

A continuación el Informe Político completo del Secretario General:

“Durante este Congreso Extraordinario vamos a trabajar en tres comisiones. Una de ellas va a tratar el tema de políticas públicas, que tiene que ver con nuestros planteos vinculados fundamentalmente hacia el rol del Estado, no sólo de diagnóstico de lo que nos pasa, ni del rol que hoy juega el Estado argentino, entendiéndose por Estado argentino, no solo al Nacional, sino también a los estados provinciales y a los municipales. Otra de las comisiones va a tratar temas que para nosotros están perfectamente ligados, que son investigación, comunicación y formación. La tercera comisión será la vinculada al núcleo más duro, en el buen sentido, de nuestra organización, que es el de las áreas Gremial, Organización e Interior. Esas tres son las comisiones en las que vamos a trabajar. Hay documentos con propuestas base, que nos permitirán empujar de alguna manera al debate”.

“Es para nosotros de vital importancia haber podido evaluar y que cada compañero congresal lleve a su Seccional, a su Consejo Directivo, o a su lugar de trabajo, esta Memoria, esta idea de haber evaluado este proceso de elecciones que tuvo el sindicato durante el año pasado: Un proceso electoral de alta participación y que una vez más hizo honor a una tradición en nuestro sindicato. Nuestro sindicato terminó su proceso electoral, como siempre, sin impugnar ninguna lista. Todas las listas que fueron presentadas por los compañeros fueron oficializadas y se eligieron las autoridades de nuestra organización sindical. Desde que recuperamos el sindicato hasta hoy, nunca se impugnó una lista, y eso no es una cuestión menor. Debemos sentirnos orgullosos de eso. No quiere decir que todas las listas hayan tenido las prolijidades administrativas para ser presentadas, pero tenemos una Junta Electoral autónoma que no está dispuesta ni a sufrir, ni a soportar, ni a tolerar ningún tipo de presión interna. Es decir, es nuestra Junta Electoral la que ha dado ratificación y continuidad a esto. Debemos encargarnos de contarle a los compañeros y a los trabajadores más jóvenes que esto no es, lamentablemente, un denominador común en los trabajadores, ni en la historia del Movimiento Obrero en nuestra República. Muy por el contrario, ocurre todo al revés. Cada vez es más difícil, en muchas organizaciones sindicales, participar y presentarse a elecciones, cuando no imposible. Debemos, sin duda, sentirnos orgullosos. Esto tiene que ver sin duda con nuestro modelo sindical, porque cuando hablamos de modelo sindical podemos realmente irnos a extensiones profundas, pero hay una cuestión práctica que es fundamental, que es que los afiliados puedan o no presentarse a elecciones, que puedan elegir si quieren participar. Si esto no se garantiza, lo demás es verso. Si no se garantiza que el compañero que quiera participar de una contienda electoral, porque tiene un pensamiento o una idea distinta, realmente estaríamos en serios problemas. Este ATE no ha anidado dirigentes que tengan tamaña pretensión. Todos los que se sientan acá, se sientan porque tienen ratificado su cargo. Llevan en sus espaldas el voto directo y secreto de los afiliados”.

“Esta es una organización que sin duda tiene las características de la democracia y el federalismo. Este es el ATE que nosotros hemos construido y que no hemos dejado al azar ni a la voluntad de algún dirigente. Este sindicato no es federal porque esta conducción sea federal, sino que lo es porque sus estatutos son federales. En este sindicato, a quienes venimos de experiencias de gremios autónomos de las provincias, se nos abrieron las puertas y se nos dieron garantías de participación. No debe haber acá un dirigente, ni en la historia desde la recuperación y hasta aquí, que pueda decir ‘me llamaron del Consejo Directivo Nacional para que levante el paro’, ‘me llamaron para que no pelee’, ‘me llamaron para decirme que me entregue al gobernador o que me entregue al intendente’. Eso acá no existe. Pero no existe no sólo porque no existen dirigentes capaces o dispuestos a hacerlo, sino porque es imposible hacerlo. La autonomía económica nos ha permitido que haya autonomía política. Nosotros decíamos, el año pasado, durante el proceso electoral, que debíamos prepararnos para entrar a un proceso más amplio de federalismo. Porque es cierto, existen las provincias, pero antes que las provincias, existieron los pueblos. Hay un Estado, hay un grupo de trabajadores, una cosa que es anterior a los estados provinciales, que son las ciudades. Entonces nosotros venimos haciendo un proceso de incorporación masiva: Día a día se incorporan trabajadores municipales a nuestra organización. En el año 2003 estábamos en 300 municipios. Hoy estamos en 780 municipalidades. Ahora hay que preparar la casa. Acá, los compañeros de la Lista Verde que asumieron en el ’84, prepararon la casa para que viniéramos los trabajadores de los estados provinciales. Había muy pocos trabajadores provinciales en ATE. Pero los compañeros no nos invitaron a ser convidados de piedra a la organización, sino que nos invitaron de pleno derecho. Reformaron los estatutos y fueron capaces de decir: ‘Vengan, acá hay autonomía. Acá hay capacidad cierta. Acá no hay mandones. En este sindicato hay democracia y hay la suficiente autonomía para que quienes vienen de los sindicatos provinciales puedan incorporarse’. Y nos incorporamos. Miles y miles de trabajadores provinciales nos incorporamos a esa ATE que nos trató y nos puso en un plano de igualdad. Nadie por arriba nuestro y nadie por debajo nuestro tampoco. Esa fue la organización que se nos presentó, y en esa organización nos desarrollamos. Ahora hay miles de compañeros municipales que piden de nosotros la misma altura y la misma generosidad. No digo que sea ya: Tenemos que pensarlo y tenemos que preparar la casa, porque esos trabajadores municipales no van a venir a depender de nosotros. No van a venir a ser mendigos de nosotros. No van a decirnos ‘necesito dos pesos para hacer un volante para poder pelearme con el intendente’, ni van a decirnos ‘vení y representame vos’. Esos compañeros van a venir a pedir derecho pleno. Van a venir a pedir autonomía. Van a venir a pedir federalismo. Y nosotros tenemos que preparar nuestra ATE para que esa incorporación sea masiva. Están entrando todos los días. Ayer nos contaban los compañeros que en los últimos cinco meses en Río Negro se han incorporado seis nuevas municipalidades. Y esto pasa en todo el país. Los compañeros no tienen a dónde ir, y es ATE el lugar a donde deben ir. Pero ATE tiene que estar preparado. Porque sino, cuando los compañeros aparecen y se desarrollan, empezamos a tener problemas y a tener discusiones, porque se necesita realmente autonomía. Entonces, así como ATE nos dio autonomía a los provinciales, si queremos que este sindicato sea el sindicato que realmente estamos necesitando, que se arraigue en todo el país y que tenga territorio en toda la Argentina, nosotros tenemos la responsabilidad histórica de preparar el terreno para los trabajadores municipales”.

“No debemos mezquinarle al debate. Yo me siento orgulloso de ser parte de la continuidad de la Lista Verde por este tema. Nosotros no tenemos que mezquinar a la capacidad de discutir, de soñar, de imaginarnos, y de no resignarnos a que esta realidad que hoy vivimos es inamovible. Una característica de nuestro sindicato es la de la capacidad de soñar. Nosotros hemos ido mucho más allá de lo que han ido otras organizaciones. Hemos imaginado y hemos sido capaces de dar pelea. No quiere decir que hayamos ganado absolutamente todas las batallas que dimos, pero fuimos capaces de pelear porque fuimos capaces de soñar y de imaginarnos. Esta etapa sin duda no nos pone en la resistencia, como tuvimos que resistir en los ’90 al neoliberalismo. Dimos pelea a lo largo y ancho del país en esa resistencia. Si hay alguna mejora, y cada uno la verá en la magnitud que su análisis político se lo permita, si hay una situación distinta, si estamos viviendo una etapa distinta, tiene que ver con que fuimos capaces de dar batalla y de resistir. Solamente puede haber una ofensiva, y tenemos derecho a construir una ofensiva, si fuimos capaces de resistir. Y esta organización fue capaz de resistir. Nosotros dimos una pelea tremenda. Ahora hay que dar una pelea tremenda en la ofensiva. Esa pelea es en el terreno directo, en la acción directa, y peleando por las reivindicaciones, por nuestras condiciones de vida y de trabajo, pero es también en la pelea y en la batalla de las ideas. Es acá donde nosotros no podemos caer, justamente, en actitudes de resignación. Yo estoy convencido de que para todos nosotros esta no es la sociedad en la que anhelamos vivir. Este no es el modelo social al que nosotros aspiramos. Nosotros aspiramos a un modelo social mucho más justo y mucho más solidario, que incluya mucho más y que sea capaz de reconocer absolutamente todas las diversidades que conforman a nuestro pueblo. Nosotros ansiamos vivir en eso, y tenemos que empezar a dar debate, a dar discusión, entre nuestras propias filas y en nuestros propios lugares de trabajo. Sólo por citar un ejemplo de que tenemos que ser capaces de ir a empujar la discusión: Muchos de nuestros representantes son trabajadores de la salud pública, y nosotros no tenemos nada que ver con lo que el Estado hace en el tema de la salud pública. Nosotros no creemos que este modelo de salud pública, entre comillas, este modelo de hospital, sea el modelo de Estado que nosotros queremos. Este modelo de Estado que nos condena, y que nos humilla a los compañeros, no nos reconoce absolutamente nada. En el Consejo Nacional hicimos un pequeño ejercicio: ¿Cuánto gana una enfermera profesional con 44 horas semanales, en turnos rotativos y en feriados no calendarios en cada uno de los 24 distritos? Nos encontramos con que la diferencia salarial va de 1 a 4,3. ‘A igual trabajo, igual remuneración’, dice la Constitución. Los gobernadores, está claro, no la respetan. Entonces, para nosotros como trabajadores, y me voy a referir a ese sector, aunque podríamos hacerlo con cualquier otro, no es este el Estado que queremos. Y ni hablar para nuestro pueblo. Nuestro pueblo no va a los hospitales públicos y es bien tratado. Nuestro pueblo no va y se le solucionan los problemas. Nuestro pueblo va a ese Estado, a ese modelo de hospital público que no construimos nosotros, y en el que nosotros sólo trabajamos, a no recibir respuestas. Va a ese modelo a recibir algo que si existe es por la acción individual o colectiva del grupo de trabajadores que está ahí. Pero ese modelo no está preparado para responder: No está preparado para tener un pueblo sano y feliz. Entonces para nosotros, este tiempo es un tiempo de no resignación. Debemos no resignarnos, porque esa es nuestra ofensiva. No alcanza, y hay que prepararse para construir lo que falta. Hay que reconocer los avances: Avanzamos con YPF, sí, sin duda. Pero no alcanza. Nosotros necesitamos salir a construir, a imaginarnos empresas públicas de otras características, con participación popular, y con participación de los sectores populares. Es decir, tratar de imaginarnos un Estado absolutamente distinto, que tal vez no lo tengamos hoy perfectamente dimensionado en nuestra cabeza, en nuestro pensamiento, pero que hay que salir a discutirlo con el conjunto de los compañeros. Y de esta manera, con ese rol que nosotros, como trabajadores del Estado, podemos aportar al debate, en conjunto con la sociedad, y a través de sostener la iniciativa que llevó adelante nuestra central, que es la iniciativa de la Constituyente Social, podemos ir a convocar, a discutir y a pensar, justamente, en qué sociedad queremos vivir, y cuál es el país que nosotros queremos construir para los próximos 40 o 50 años. Pensar en cuál es el país en el que va a vivir y en el que se va a desarrollar nuestro pueblo. Y en esto tenemos un rol, una responsabilidad, y nosotros aspiramos a que esto se lleve adelante. Este espacio de políticas públicas, esta comisión, será un puntapié, un iniciar, para instalar este debate en el conjunto de nuestros compañeros. No solamente son para nosotros nuestras condiciones de trabajo, y lo hemos dicho hasta el hartazgo. Eso está grabado a fuego en nuestra consciencia. A nosotros no nos alcanza con tener un buen salario o unas buenas condiciones laborales en el organismo estatal en el que estemos trabajando. Nosotros además queremos discutir para quién estamos trabajando y al servicio de quién está ese Estado. No somos un sindicato que se haya resignado a discutir el salario. No estamos de acuerdo con eso de que ‘si me pagan bien, no importa si es al servicio de una transnacional’. No. Si nos pagan bien y estamos al servicio de una transnacional, queremos también poner en discusión el rol del Estado en el sector en el que trabajamos. No nos alcanza con ganar bien, y esto tenemos que instalarlo. Además tenemos la ventaja de que son muy pocos los que ganan bien y son muchos los organismos del Estado que están al servicio de empresas extranjeras, de transnacionales. En todas las áreas del Estado en las que tenemos políticas de control, como minería o hidrocarburos, nos damos cuenta realmente de que ese Estado que gobierna la Argentina, y no estoy hablando de un Gobierno, sino del Estado, sin duda no está al servicio mayoritario de los intereses populares”.

“Tenemos que ser capaces, en este período, de unificar nuestras luchas, y de no resignarnos a que las cosas son así y que no se pueden cambiar. Lo hemos dicho también durante el año pasado: A un empleado nacional, a valores promedio, no le alcanza el sueldo para vivir. Sin embargo, gana en la media el doble que un empleado provincial, y un provincial gana el doble que un municipal. A igual trabajo, igual remuneración: No existe. Hay cientos de miles de compañeros municipales que perciben salarios inferiores a los 1200 pesos. Esos son nuestros pisos salariales. Sabemos que en las provincias los salarios son realmente bajísimos. Nosotros, los que somos de la Patagonia, tenemos una cosa que se llama ‘Zona Desfavorable’. Pasó a la historia. Aunque sigue existiendo en el recibo de sueldo, cuando uno ve los salarios, esas compensaciones que había por zona no existen más. Ganar lo mismo en el sur del país, que en el centro del país, es ganar salarios realmente tremendamente bajos, por los costos de vida más altos. Nosotros tenemos que ser capaces de unificar estas luchas, y esto no es una tarea que vaya a salir naturalmente. Nosotros somos dirigentes del sindicato más complejo, porque tenemos que conducir diversidad de ingresos. Yo lo digo siempre: Los secretarios de nuestras seccionales y de nuestros consejos directivos son compañeros tremendos, y con un nivel de capacidad política digna de reconocer. Hay dirigentes de seccionales que deben representar a compañeros que llegan a la Seccional en bicicleta o a pie, y a otros que llegan en un cero kilómetro. Y somos todos del mismo sindicato. No es sencillo ser dirigente de este sindicato y tener la capacidad para unir a los compañeros para poder llevarlos a una lucha y hacerlos dar ese paso tremendo de consciencia. Nuestro Confederal nos mandó el año pasado a que el próximo 27 de junio seamos capaces de unir. De unir a un compañero que gana 1200 pesos con uno que gana 7000, y que sean capaces ese día de marchar juntos y de comprender que todos somos trabajadores del Estado y que pertenecemos a una misma organización, pero además que tenemos un destino común: El sistema, el neoliberalismo, lo que nos dejó Cavallo, lo de las regiones viables y las no viables, pertenecen a un camino que sólo será desandado si nos ponemos a trabajar fuertemente en la consciencia de nuestros compañeros para que seamos capaces de pelear. No quiere decir que vamos a ir todos juntos a pelear el convenio de la ANSES, porque a veces nos ridiculizan algunos, diciendo ‘¿qué tiene que ver un municipal con uno de la ANSES?’. Si no tienen nada que ver entonces no los pongamos en el mismo sindicato. Si nosotros creemos que tenemos que estar en una misma organización, entonces tenemos que tener la capacidad de dar batalla y de pelear codo a codo. Sino es una falta a la verdad, y sería una hipocresía de nuestra parte, el ir a convocar a los compañeros para después decirles que sólo los convocamos para el loguito, y que a la hora de pelear se tienen que arreglar como puedan en la municipalidad, o en el organismo tal o cual. Tenemos que unificar la lucha, y aunque no significa que vamos a salir todos los días a hacer acciones de tipo sindical conjuntas, sí debemos ser capaces de comprender que tenemos que dar una batalla en conjunto. Este 27 de junio vamos a tener esa gran oportunidad. Todos sabemos que hace meses venimos trabajando. Algunos se reían el año pasado cuando decíamos que íbamos a hacer un paro el 27, que fue largado en noviembre. Todavía falta trabajo para que en esa fecha estemos todos juntos, porque el secreto de nuestra lucha es que estemos todos juntos, y no que el paro lo hagan los más pobres, o los municipales o los provinciales si no les pagaron el sueldo. No, al paro lo tenemos que hacer todos, y la acción tiene que ser en unidad. Porque tenemos que hacer consciente a nuestra masa de afiliados de que nosotros tenemos un destino en común. Cuando el Congreso de la Nación aprueba el presupuesto nacional, nos está aprobando el techo salarial a absolutamente todos los trabajadores del Estado de la República Argentina. El techo. El piso hay que ganárselo, dando una batalla tremenda, porque si fuera por los gobernadores y los intendentes, cuando más abajo el piso, mejor. Pero el techo salarial se pone cuando aprueban el presupuesto, entonces nosotros, tal vez no este año, tal vez el que viene, o el otro, no sé el tiempo que tardaremos, pero nosotros debemos hacer consciencia y habrá un momento en el que juntos podremos condicionar al Congreso Nacional y que se entienda que el empleo público no es una cuestión de 24 distritos provinciales y de 2100 municipios, sino que la cuestión del empleo público debe ser una cuestión única y nacional. El empleo público en nuestro país debe ser un problema de la Argentina en su conjunto, y no un problema de distrito, porque si es así, ahí pasa la realidad de municipalidades que pueden tener un convenio colectivo y pagan un sueldo más o menos, y otros compañeros que a duras penas llegan a los 800 pesos, como pasa en Formosa o en municipalidades de provincias muy pobres, donde la situación es realmente desesperante”.

“Esta es nuestra idea: Ser capaces de unificarnos, de unificar nuestras luchas y nuestra acción reivindicativa y de abrir al debate político al conjunto de nuestra organización. Abrir a que en los lugares de trabajo los compañeros se animen a no resignarse a que este es nuestro destino, y a imaginarse que nuestro destino como pueblo es que la gente no se nos muera de hambre. Pero con lograr que deje de existir la pobreza extrema no alcanza. Nosotros no estamos acá porque nos imaginamos una sociedad en la que la gente sólo no se muera de hambre. Nosotros nos imaginamos y queremos una sociedad en la que la gente sea feliz. No sólo que coma, sino que se desarrolle, y para eso el Estado tiene que jugar un rol, y ese Estado que es necesario para ese rol, no es el que tenemos hoy, sino que es el que tenemos que imaginar y construir no sólo con los trabajadores estatales, sino también con el conjunto de la población a través de la iniciativa que, con toda la complejidad que tiene, es la iniciativa más alta de construcción política que nosotros nos hemos animado a encarar y a proponer, que es la Constituyente Social”.

“Tenemos un tiempo de lucha. No nos vamos a hacer los distraídos: Tenemos situaciones positivas, pero hemos tenido un proceso en CTA que no tuvo todo el resultado que nosotros nos imaginábamos. Tenemos dificultades y problemas, pero tenemos que avanzar sin que esos problemas nos detengan, y sin criticarnos entre nosotros, para lograr el desarrollo que deseamos en la CTA. Donde además la conducción está a cargo de un compañero de nuestras filas, un compañero que fue hasta el año pasado Secretario General de nuestro sindicato, que fue enviado por nosotros a ese objetivo, a esa misión de ir a conducir y a construir la central. Ese compañero no fue solo, sino que va con todos nosotros. ATE tiene que esforzarse y salir a jugar un rol trascendental en la construcción de nuestra CTA. La Central no tiene como responsabilidad, ni necesita ocuparse hoy de ayudarnos a organizar a los trabajadores del Estado, para eso está nuestra organización. Ahora, la lucha por la libertad sindical, por la organización de los trabajadores de la actividad privada, es trascendental para pensar otra sociedad, para pensar otro modelo de sociedad en la que podamos vivir. Sin los trabajadores organizados, por lo menos a nuestro entender, es difícil que se pueda cambiar la sociedad. Así que nuestro rol, nuestra función, en aportar decididamente a organizar y a que reine la libertad sindical en los trabajadores de la actividad privada, es trascendental y determinante. Porque nosotros hemos sido capaces de librar la batalla adentro del Estado, y no es menor. A veces no se le da tanta jerarquía. Nosotros tenemos libertad sindical, y nos faltan, para poder terminar y decir que en el Estado argentino hay libertad sindical, dos lugares: La provincia de Córdoba, que no nos reconoce, y la ciudad de Rosario, que tampoco nos reconoce. No quiere decir que no haya otros municipios, que puede haber, pero Rosario es uno de los principales del país. Con eso nosotros podríamos decir que hay libertad sindical total. Ahora, esa libertad sindical que hay en casi todo el país, ¿nos la consiguieron los presidentes, los gobernadores o los intendentes de manera graciosa? No. Peleamos 25 años para que esto exista. Dimos pelea absolutamente en todos lados. Cada uno de ustedes podría dar testimonio de cientos de lugares donde se peleó para que haya reconocimiento de nuestros delegados, reconocimiento a la organización. Los intendentes nos decían que en los municipios sólo estaban los sindicatos o las federaciones municipales. Los gobernadores decían lo propio con las organizaciones provinciales, como todavía lo hace la provincia de Córdoba. Entonces, esta libertad sindical que hay que encargase de transmitir, es la que nosotros necesitamos conquistar para el sector privado. Y se va a lograr solamente si somos capaces de organizar a los trabajadores de la actividad privada. En esto los militantes de ATE tenemos un rol. No es que somos nosotros los iluminados que vamos a organizar, pero somos los que podemos aportar cuadros para ayudar, para ir a volantear en las puertas de las fábricas, en los talleres, en los centros de turismo, de gastronomía. Es nuestra militancia la que tiene que aportar a esa construcción. La CTA ha impulsado para la segunda quincena de agosto a un plenario de trabajadores de la actividad privada, y ellos van a venir de cada provincia y nosotros tenemos que ayudar. Si hay un delegado, dos delegados, o los que sean, dispuestos a venir y sumarse, nosotros tenemos que ser promotores, para empezar a dar esa batalla. Si no hay libertad sindical en la actividad privada y en nuestro país, compañeros, la cosa se va a poner realmente muy complicada. Sería muy difícil que nosotros podamos construir una masa crítica de fortaleza y de dimensión en la clase obrera si los compañeros están presos de que por más que tengas ganas, no tenés ninguna posibilidad legal de construir tu estructura y organizarte libremente”.

“En ese marco, la CTA ha convocado a realizar un paro de actividades el día 8 de junio. ATE debe estar ahí, construyendo y empujando ese paro. No es época en la que los paros salgan fáciles, todos nosotros lo sabemos. No es que uno llega al lugar de trabajo y los compañeros preguntan ‘¿cuándo vamos al paro?’. No es así. Hay momentos en los que la cosa era así y lo vivimos de esa manera, pero ahora hay que convencer. Hay que explicarles e ir a debatir con los compañeros en los lugares de trabajo. Hay que ayudar a que los compañeros tomen consciencia de que necesitamos estos procesos de unificación de luchas y de ir a dar pelea por las reivindicaciones que son comunes: Las asignaciones familiares, el salario. No debemos resignarnos. Es cierto que firmamos un acta todos los años, pero eso no quiere decir que nosotros políticamente estemos resignados a que con ese salario le alcanza a un trabajador para vivir y alimentar a su familia. Tenemos una inflación que nos muestra claramente que la pelea no es sólo con los gobiernos. A veces dicen que uno les hace el paro a los gobiernos, y eso no está mal, pero cuando uno ve la inflación, se entiende que están los grupos concentrados que ponen los precios. Las grandes cadenas y empresas que nos saquean nuestros salarios. Damos peleas tremendas por el salario, y a veces uno no alcanza a cobrar el aumento cuando en la góndola ya a uno se lo roban. Nosotros estuvimos haciendo, con el compañero Quintriqueo, un ejercicio: ¿Cuánto valen las cosas en Latinoamérica para vivir? Estuvimos en un encuentro del ESNA en México, y fuimos a un mercado. Todo valía menos de un dólar. El kilo de lo que se les ocurra de alimento vale menos de un dólar. Lo mismo el combustible. En México, donde el gobierno actual probablemente no gane las próximas elecciones porque la gente está como loca con la inflación, aunque nada valía más de un dólar. Piensen en nuestro país, donde nada vale menos de un dólar. En nuestro país, que produce los alimentos, hay un saqueo sobre los salarios. Es también por este motivo que es necesario el paro. Los paros son para las medidas de los gobiernos, pero nosotros no podemos ser inconscientes cuando hablamos de un paro del conjunto, no por un aumento de sueldo del sector público, nosotros tenemos un enemigo en conjunto que son la burguesía y los grupos concentrados. Contra ellos también vamos al paro el 8. No tengamos duda: El paro no es sólo contra los gobiernos, sino que también es contra los burgueses, contra los ricos, contra los poderosos y contra los que nos saquean. Porque sino a veces los gobiernos se los asumen y luego vienen y te dicen: ‘¡No le vas a hacer un paro al Gobierno!’. Miren, acá el que esté convencido de que no hay inflación, que ese día vaya a trabajar. Hay inflación, y la generan los grandes grupos concentrados de nuestro país, contra los que hay que hacer el paro también el día 8”.

“Aspiramos a ser capaces de unir a los trabajadores del Estado en un alto grado de consciencia de lo más anti-modelo neoliberal que será el paro del 27 de junio. Si ese día podemos parar todos juntos, los que fuimos el blanco preferido en la década del ’90, el grado de consciencia y de unidad que vamos a mostrar nos va a permitir soñar y transitar para adelante. Debemos garantizar que los compañeros de todo el país asistan al plenario de la CTA, sin importar si el delegado pertenece a un taller con pocos empleados. Garanticemos que pueda contar su verdad, su realidad, y que pueda ver que no está solo en esta pelea por la libertad sindical, y por tener un sindicato que esté al servicio de los intereses de los trabajadores. Necesitamos esforzarnos también para hacer sentir la jornada del 8, dando debate en los lugares de trabajo. Los paros se construyen discutiendo de política con los compañeros. Es un paro complejo, porque es de ofensiva. El paro de defensiva es más fácil. Cuando uno dice: ‘Nos van a echar a todos, hay que ir al paro’, todos van al paro. Esta medida de fuerza requerirá comprensión y debate político. A este debate es al que estamos convocando”.

“Tómense estas palabras como informe para la apertura de este Congreso Extraordinario, y sin duda ustedes podrán, con el debate en las comisiones, enriquecerlo mucho más. Yo solamente quiero agregar que nuestra organización sindical seguramente deberá perfeccionarse. Tendrá cuestiones para mejorar. Las tenemos y estamos en proceso de debates sobre, por ejemplo, cómo rediscutir nuestro reglamento para elegir delegados. Esta es una organización que está viva, que permanentemente está mirando cómo se mejora. Aunque haya diferencias y matices, este Consejo Directivo va a garantizar el respeto pleno de la voluntad de los compañeros. Si los trabajadores eligieron una conducción, sea de nuestra agrupación o no, nosotros tenemos que garantizar que se respete. Este Congreso debe ser garante del respeto a las conducciones y a las comisiones. Este gremio no elige 24 secretarios generales y un secretario general a nivel nacional, sino que se eligen comisiones. Comisiones que deben funcionar. Ahí hay pluralidad y debate. Si nosotros, como secretarios generales, nos creemos los jefes de los demás compañeros, no podremos construir el gremio que necesitamos. Nuestro sindicato se construye con las comisiones funcionando, debatiendo y votando, si no se puede consensuar. Pero debemos ser garantes del funcionamiento y de una propuesta que nos llevó años de debate, que es la de una organización provisoria, que se irá mejorando con el ejercicio del funcionamiento, de los compañeros del Estado Nacional. Es decir, que eso va a dar una gran potencia a los compañeros nacionales, que aunque en número son menos, en poder político son mucho más estratégicos”.

“ATE no es perfecto, pero lo estamos construyendo entre todos con la mayor buena voluntad posible y con toda la paciencia para tolerarnos y para saber que hay visiones distintas, pero que tenemos que ser capaces de ordenarnos y de generar espacios para discutir. Es muy difícil que todos tengamos la razón todo el tiempo, pero nadie va a poder decir ‘yo estoy acá y mi voz no es escuchada’. Desde el Consejo Directivo Nacional, hasta la última delegación pequeña que se abrió hace una semana, debemos garantizar que se escuchen todas las voces. Eso nos va a dar, seguramente, el triunfo. No podemos ir a hablarle al pueblo argentino de la construcción de una nueva sociedad, si nosotros andamos con autoritarismo o con despotismo puertas adentro del sindicato. Debemos mostrar lo que somos: Un ejemplo de organización sindical para el resto de la clase trabajadora y para el resto del pueblo argentino”.

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