Este jueves a las 19 se presenta en el Hotel Bauen (Callao 360 de la Ciudad de Buenos Aires), “Neuquén, Río impetuoso”. Dirigido por Matías Estévez, militante de ATE Neuquén, es el primer documental sobre fracking en Argentina. En entrevista con ACTA, Estévez detalla los efectos de la hidrofractura sobre el medio ambiente y las comunidades y llama a las organizaciones populares a “encarar una acción directa fuerte y contundente para unir a todas esas voluntades en un objetivo común”.
– ¿Qué es la hidrofractura y desde cuándo se usa?
La hidrofractura (o fracking) es una técnica de explotación no convencional de hidrocarburos. La situación es similar a la de la megaminería. Ya no hay grandes reservorios donde se acumula en un agujero el petroleo crudo, sino que se encuentra diseminado u entremezclado en rocas porosas o entre arcillas o arenas compactas. Para extraerlo se debe realizar una perforación vertical a 500, 1.000 y hasta 4.000 metros de profundidad, una vez que la perforación llega a donde está el hidrocarburo se perfora horizontalmente en un radio aproximado de 300 metros. Una vez terminada la perforación se inyectan explosivos, arenas y millones de litros de agua dulce mezclado con miles de litros de una sopa química (se habla de más de 500 químicos, muchos de ellos cancerígenos) hasta que empieza a fluir el petróleo o el gas. Un 40% de esa agua contaminada vuelve a la superficie arrastrando además metales pesados radiactivos que se encuentran en la roca madre. Los riesgos de contaminación son muy altos, no sólo de los acuíferos sino de filtraciones que pueden llegar a los ríos y también de la tierra y del aire en forma de gases tóxicos. Por otra parte las explosiones a miles de metros de profundidad son imposibles de controlar y puede provocar sismos de mediana intensidad. Es una técnica muy similar a la de la megaminería sólo que escondido a miles de metros de profundidad, lo cual hace que sea casi imposible de controlar por parte del Estado o de ningún organismo que se cree a tal efecto.
-¿Cómo afecta a las comunidades y al medio ambiente?
Esto afecta en primer lugar a las comunidades mapuches que habitan en el mismo territorio donde se realiza la extracción, aunque también se está haciendo en zonas de chacras afectando no sólo a los pobladores criollos, sino también a la producción misma de la fruta del valle de Río Negro. Cristina Lincopán, la longko de la comunidad Gelay Ko que aparece en la película como una de las voces que se opone a este tipo de explotación falleció hace unos meses a causa de un problema pulmonar provocado por la contaminación hidrocarburífera. Muchos ya la consideran la primer mártir del fracking. Ha habido experiencias sobre todo en EEUU, se puede ver un film de Josh Fox “Gasland” donde muestra la experiencia del fracking en EEUU. Efectos terribles que hicieron que en muchos estados se prohibiera o se declarara una moratoria. La experiencia de EEUU hizo que se declare la prohibición en Francia, Bulgaria y moratorias en muchos países.
-¿Cómo se organizan las comunidades para resistir?
Hay muchas organizaciones trabajando en concientizar sobre este problema, en general se trata de ONGs como ECOSUR o FOPERMA, por ejemplo el Observatorio Petrolero Sur sacó un libro llamado ZONA DE SACRIFICIO que plantea el esquema energético argentino y cómo se coloca a la provincia de Neuquén dentro de una zona que debe ser sacrificada para que el resto del país tenga energía. El tema no es sencillo porque nunca se invirtió en la investigación y la modificación de la matriz energética, y hoy el 90% de la energía del país es en base a hidrocarburos. La excusa del Gobierno es la necesidad energética, y acá en la provincia de Neuquén se plantea como la principal actividad económica. Se siembra el pánico. Si no se explota el petróleo el país se queda sin energía y la provincia sin fuentes de trabajo. Es el cuco para imponer a los “no convencionales”.
-Además de las comunidades originarias y la CTA, ¿qué otras organizaciones están luchando contra la hidrofractura?
Con respecto a las organizaciones me parece que el problema es que realizan muchas acciones aisladas pero todavía no hay una organización que convoque a una acción directa de intervención. Yo estoy convencido de que hay que encarar una acción directa fuerte y contundente para unir a todas esas voluntades en un objetivo común. Para mí hay que ir a un referendum para exigir una moratoria, si no lo hacemos urgente esto va a seguir avanzando y cuando nos querramos dar cuenta va a ser tarde. La CTA deberia estar al frente de esta lucha. En neuquén el Instrumento Electoral por la Unidad Popular tomó el tema como una de las principales banderas en defensa del futuro mismo.