Encuentro Nacional de Delegados de la Actividad Privada

La Central de Trabajadores de la Argentina convoca a los compañeros delegados de base y miembros de comisiones directivas de sindicatos del sector privado de todo el país al Encuentro Nacional a celebrarse este sábado 8 de septiembre en el Micro Estadio del Club Ferrocarril Oeste sito en la calle Avellaneda Nº 1246 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a partir de las 11.00 hasta las 17 horas.

La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) ratifica el pliego de reivindicaciones que puso a consideración de nuestro pueblo en la Jornada Nacional de Paro y Movilización del 8 de junio, plan de lucha que proseguirá con una medida de fuerza similar en el curso de la primera quincena de octubre, construyendo la unidad en la acción con todos los que están comprometidos en recobrar la justicia social en nuestro país.

Lo que pedimos:

* Salario Básico de $ 5.000 para todos los trabajadores formales, informales, de planes sociales y jubilaciones mínimas.

* Unificación de las Asignaciones Familiares sin tope y de $ 300.

* Eliminación del Impuesto a las Ganancias porque el salario no es ganancia.

* Terminar con la tercerización y precarización laboral.

* Por una nueva Ley de Riesgos del Trabajo que elimine las ART y devuelva al Estado su rol de garante de la Seguridad Social.

* 82% móvil para todos los jubilados.

* Aumentar el Seguro de Empleo y Formación para los trabajadores desocupados.

* Libertad y democracia sindical.

* Derogación de la Ley Antiterrorista.

La clase trabajadora no está dispuesta a ceder ninguna conquista obtenida en los últimos años en nombre de la “prudencia” y la “racionalidad” que claman a coro las patronales y el Gobierno, mientras no se altera ni un ápice un modelo injusto y violento que no ha sido capaz de resolver los problemas básicos de la mayoría de la población.

Es tiempo de pensar y construir colectivamente otro paradigma, que en lugar de asentarse en la codicia y la explotación del hombre por el hombre, represente el emergente de un nuevo Proyecto de Emancipación.

Diariamente se producen despidos de delegados, activistas y militantes fabriles que son echados a la calle por obra y gracia de la falta de libertad y democracia sindical.

La mora del Gobierno en otorgar la personería gremial a la CTA y a otras casi dos mil quinientas organizaciones sindicales simplemente inscriptas y la falta de Inscripción Gremial a un millar de organizaciones de nuevo tipo no sólo vulnera la Constitución Nacional y las leyes. Perpetúa en el tiempo la indefensión de los trabajadores no representados por las estructuras gremiales tradicionales frente a los grupos de poder.

Discutir la libertad y la democracia sindical no es una cita teórica. No se trata de polemizar sobre modelos sindicales en abstracto. Por el contrario, remite a la vida concreta de miles de trabajadores que sufren en carne propia la omnipotencia patronal.

Para recuperar la potencialidad de un proyecto de transformación social es imprescindible una clase trabajadora organizada y conciente de su rol. Para que ello ocurra, tiene que ser capaz de recuperar los niveles de participación, pertenencia y representación en los lugares de trabajo. Lo que intentó destruir la dictadura militar asesinando, encarcelando, arrojando al exilio o despidiendo a decenas de miles de militantes gremiales.

Las Fuerzas Armadas fueron el brazo armado de un modelo económico sostenido por empresarios con nombre y apellido. Ha sido evidente la complicidad de las grandes empresas en el genocidio, como el Ingenio Ledesma -que facilitó camiones e infraestructura para secuestrar a trabajadores en la tristemente célebre “Noche del apagón”-; Ford, en cuyas dependencias funcionaba un centro clandestino de detención y tortura; o los casos de ejecutivos que hacían el señalamiento de los integrantes de las comisiones internas en Mercedes Benz, Fiat, Astarsa o Acindar, por citar los casos más relevantes.

Las corporaciones empresariales no quieren la organización de los trabajadores dentro de sus establecimientos. Para sostener y profundizar el régimen de superexplotación es necesario disciplinar a la mano de obra, fragmentarla y boicotear cualquier posibilidad de organización del colectivo.

El trabajo en negro, la tercerización de servicios y la precarización laboral se explican en este contexto de falta de libertad y democracia sindical. Si existiera libertad para que los trabajadores se organicen según su propia decisión y necesidades, si se abriera la posibilidad de elegir delegados de fábrica, paritarios y comisiones internas en las 500 empresas de mayor facturación del país, otro sería el cantar.

El destino de miles de obreros ya no estaría sujeto al yugo del trágico contubernio entre la burocracia y la patronal. Se habilitaría una nueva y dinámica práctica política de la que, indudablemente, los primeros tributarios serían los jóvenes que se suman, generalmente precarizados, al trabajo.

La precarización laboral es una soga que asfixia la dignidad del trabajador. Un veneno que corroe al conjunto de la sociedad. El trabajo en negro ahonda la catástrofe social. Su vigencia en el tiempo está directamente vinculada con la falta de libertad y democracia sindical.

La lucha económica que se verifica en las paritarias, y que horadó los topes salariales fijados a dedo, integra otra más amplia y abarcativa: la de la redistribución del ingreso para terminar con la concentración y extranjerización de la riqueza en la Argentina.

Esa disputa está estrechamente ligada con el reconocimiento de las nuevas organizaciones y la representación en los lugares de trabajo que la clase se ha ido dando durante la resistencia al neoliberalismo. El ADN de la CTA es el fiel reflejo de muchas de esas experiencias superadoras.

En nuestro país se pueden elegir concejales, intendentes, legisladores provinciales, gobernadores, diputados, senadores nacionales y Presidente de la Nación pero no se pueden elegir delegados en los lugares de trabajo. No es una casualidad que actualmente en el 85 por ciento de los establecimientos privados no haya delegados gremiales ni comisiones internas.

Estamos convencidos que se puede cambiar la historia. Nadie le ha regalado nada a la clase trabajadora. Lo que tiene lo ha obtenido con organización y conciencia, lucha y sacrificio, sangre y coherencia. Nada ni nadie impedirá que los trabajadores seamos artífices de nuestro propio destino a partir de la defensa irrestricta de nuestra autonomía de los patrones, los gobiernos y los partidos políticos.

Cronograma del Encuentro

* 10. 00 Horas: Apertura del lugar y acreditación.

* 11.00 Horas: Discurso apertura.

* 12.00 Horas: Plenaria.

* 15.00 Horas: Almuerzo.

* 15.30 Horas: Conclusiones.

* 16.00 Horas: Cierre del Encuentro.

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