ATE Junín

Asociación Trabajadores del Estado

La precarización y el maltrato laboral están provocando un aumento del estrés

La mayor agresividad, sobreexigencia e inestabilidad en el trabajo llevan cada vez a más personas a padecer esta epidemia del siglo XXI, responsable de múltiples enfermedades. Así lo indicó Pablo Cólica, presidente del Congreso Nacional sobre Medicina del Estrés que se realizó en la ciudad de Córdoba.

La mayor agresividad, sobreexigencia e inestabilidad en el trabajo llevan cada vez a más personas a padecer esta epidemia del siglo XXI, responsable de múltiples enfermedades. Así lo indicó Pablo Cólica, presidente del Congreso Nacional sobre Medicina del Estrés que se realizó en la ciudad de Córdoba. 

La precarización y el maltrato creciente en diversos ámbitos laborales están provocando un preocupante aumento del estrés en la población, problemática que se traduce en la aparición de diverso tipo de enfermedades. Así lo destacó el especialista Pablo Cólica, presidente del tercer Congreso Nacional y las primeras Jornadas Internacionales de Medicina del Estrés que se desarrollaron en la ciudad de Córdoba en los últimos días.

Señalado como “la epidemia del siglo XXI”, el estrés es responsable de la aparición de un sinnúmero de enfermedades. Aunque el trastorno atraviesa todos los ámbitos de la vida, las condiciones laborales se constituyen en una de las principales causas de esta patología.

Las características del mercado laboral actual derivan muchas veces en un ambiente de trabajo marcado por la agresividad, la sobreexigencia y la inestabilidad. Una realidad que, según advierten los especialistas, se percibe de manera creciente en fábricas, hospitales, escuelas y empresas de todo tipo.

“La gente que maneja cuestiones empresariales cree en una vieja teoría de que cierto grado de estrés en áreas laborales aumenta la productividad, cuando en realidad esto esconde formas de explotación y precarización”, advirtió Cólica. Y subrayó que esta situación lleva a los empleados a trabajar bajo presión y los predispone a enfermarse. En este sentido, el especialista destacó que a través de la psico-inmuno-neuro-endocrinología se ha podido comprobar que la mayoría de las patologías conocidas “tienen una alta relación con el estrés, ya sea cuando se originó la enfermedad o en su evolución”.

De hecho, una encuesta realizada por la consultora internacional Mercer arrojó que el estrés se duplicó entre 2011 y 2012 como causa de enfermedad y ausencia laboral. Sin embargo, tal como denunció el médico cordobés, en nuestro país el estrés laboral aún no es reconocido por el sistema de seguridad social y las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).

Entre la agresión y la amenaza

Cada vez más personas deben trabajar en un ambiente de tensión, sensación fomentada por la amenaza de perder su puesto así como por la agresividad en las relaciones laborales.

¿Qué características del mercado laboral actual están influyendo en el aumento del estrés? Primero la enorme cantidad de trabajo en negro que hay, de manera total o parcial, porque son muchísimos los empleados y las áreas que sólo tienen reconocido una parte de su trabajo en blanco y el resto en negro. Esto hace que estén amenazados permanentemente de ser excluidos o suspendidos con bajas indemnizaciones. Otros directamente no tienen nada, son tratados sin ninguna cobertura de salud, seguro, ni reconocimiento previsional.

Y luego la forma de presión que existe. Hay una especie de pérdida de la relación humana entre quienes ocupan cargos gerenciales o directivos con los empleados; es una relación muy hostil donde existe una permanente presión sobre el empleado, un maltrato. Esto tiene un enfoque específico desde el estrés que se llama Mobbing, que es una forma de acoso u hostigamiento laboral. Esta es una característica que existe hoy en casi todos los lugares de trabajo.

El presidente del congreso que por estos días se desarrolló en la capital provincial manifestó que en los Call Centers “es particularmente visible la forma de presión a que son sometidos” los trabajadores. Según un estudio realizado por Cólica, en la ciudad de Córdoba estas empresas emplean a alrededor de 25 mil jóvenes, quienes al cabo de un tiempo presentan patologías psicoemocionales, físicas y pérdida de capacidades cognitivas.

Algo similar ocurre en las grandes cadenas de supermercados y también en las fábricas, donde se percibe una hostilización permanente del empleado, especialmente debido a los sistemas rotativos que implican cambios continuos en el lugar y el horario de trabajo.

“Hay una multiplicidad de situaciones que llevan a que esto sea una práctica nociva en las relacionas laborales que no favorece a nadie, porque con eso no se consigue más productividad”, explicó el médico.

Los profesionales tampoco están exentos de este fenómeno. Una encuesta realizada en el país por la publicación Intramed señala que más del 30% de los médicos en ejercicio están afectados por el estrés laboral, también conocido como “burnout”.

En tanto, Cólica subrayó que los docentes se ven especialmente afectados por esta patología debido a la violencia en las aulas y la falta de reconocimiento social hacia su trabajo.

A ello se suma la estigmatización que deben sufrir: “Al docente que sufre el burnout se lo cataloga como enfermo psiquiátrico, lo que ha llevado a que seamos el país del mundo que tiene más carpeta médica por enfermedades psiquiátricas”, señaló el profesional en relación a estadísticas basadas en el ausentismo del personal docente.

Una enfermedad silenciada

“Hay todo un sistema para procurar que de esto se hable poco”, advirtió Cólica ante la ausencia de estadísticas oficiales y la falta de cobertura social por estrés laboral en Argentina. Y añadió que esta patología está siendo escasamente reconocida pese a sus graves implicancias.

En ese marco, advirtió que el estrés crónico o prolongado – a diferencia del estrés agudo, que constituye una respuesta natural del organismo- provoca un grave impacto en la salud.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes asociadas al estrés? Tiene que ver con la edad de la personas. Cuando se es más joven se comienza con síntomas en el sistema digestivo: gastritis, intestino irritable, etc. Cuando se es mayor se desarrolla un síndrome metabólico, aparece la diabetes tipo 2 y luego enfermedades del endotelio: hipertensión arterial, insuficiencia coronaria.

La tercer rama de enfermedades relacionadas con el estrés son las del sistema inmunológico. El estrés prolongado deprime la inmunidad y lleva a que se produzcan enfermedades diversas, autoinmunes y esto nos hace proclives a todo tipo de infección y hasta el desarrollo de un cáncer.

El médico cordobés señaló que en nuestro país hay una negación de las numerosas consecuencias físicas y psíquicas que puede provocar el estrés y su indudable vínculo con las condiciones laborales, ya que generalmente no se lo considera como una patología relacionada con el trabajo.

“El sistema de las ART, que hoy está en discusión, no incluye al estrés laboral como un trastorno relacionado al trabajo, de manera que no está cubierto por ningún seguro de salud. Entonces la gente va a distintos especialistas y en realidad está sufriendo este proceso en su integridad como persona. No se quiere reconocer la existencia de este problema”, sostuvo.

¿Qué hacer para evitarlo?

Algunas de las pautas que el médico Pablo Cólica sugiere para prevenir el estrés son:

- Revisar la calidad de vida. Disfrutar de las cosas simples, no dejarse ganar por el exacerbado consumismo, individualismo y la competitividad de la sociedad.

- Perdonarse las equivocaciones y aprender a perdonar los errores de otros.

- Regular la calidad de las emociones (miedo, enojo, celos, envidia, etc.) para evitar que predominen y nublen la razón.

- Mantenerse activo en el aspecto físico e intelectual, pero sin sobreexigencias.

- Cuidar la alimentación.

- Controlar factores de riesgo como la hipertensión arterial, aumento de peso, colesterol y diabetes.

- Fijar prioridades. Ordenar y organizar las actividades y evitar las urgencias con una adecuada planificación.

- Priorizar y cuidar las relaciones afectivas. El trabajo debe ocupar un tercer lugar, luego del cuidado de uno mismo y de las relaciones con nuestros afectos y terceros.

- No perder la capacidad de curiosidad y aprendizaje.

- Participar en actividades solidarias, grupos de estudio, viajes con contenido cultural y actividades similares.

- Establecer relaciones más profundas que las relaciones “líquidas” de la cultura “light” que hoy predominan en la sociedad.

Fuente: Lucía Maina, diario Puntal de Río Cuarto, Córdoba

* Equipo de Comunicación de la CTA Río Cuarto