2 octubre, 2023

ATE Junín

Asociación Trabajadores del Estado

El HIGA Junín ni escapa de esta realidad: Falta de insumos agudiza la crisis en los hospitales

La falta de insumos y recursos profesionales que atraviesa el Hospital de Niños de La Plata movilizó el meircoles pasado a cientos de médicos, enfermeros y vecinos que realizaron un abrazo simbólico a su edificio.

La falta de insumos y recursos profesionales que atraviesa el Hospital de Niños de La Plata movilizó el meircoles pasado a cientos de médicos, enfermeros y vecinos que realizaron un abrazo simbólico a su edificio.

Lo que ocurrió el miércoles pasado frente al Sor María Ludovica podría considerarse un acontecimiento histórico. Nunca antes tantos médicos y enfermeros se habían movilizado para abrazar al hospital. Pero no eran sólo ellos: esa mañana había cerca de una decena de prestigiosos referentes de la medicina local hoy ya jubilados, vecinos de la Ciudad y trabajadores de diversos centros de salud de la región. Y es que si bien la marcha era por el Hospital de Niños, el problema de fondo es el mismo que enfrentan hoy muchos otros hospitales provinciales: una falta de insumos y recursos que se ha venido agudizando a tal punto que pone en jaque su capacidad de atención.

A diferencia de otra veces, la falta de recursos que denuncian los médicos del sistema público afecta a casi todas las áreas de cualquier hospital: desde los consultorios y los servicios de diagnóstico hasta las salas de terapia y los quirófanos. Porque lo que falta son insumos básicos para trabajar: gasas, suero, guantes estériles, sondas, catéteres y placas radiográficas, entre otros elementos. No es que hayan dejado de recibirlos, pero los reciben a cuentagotas y esporádicamente, por lo que muchas veces no hay.

“Hace dos meses que tenemos problemas para pedir radiografías: el mes pasado porque no teníamos placas; este mes, por la falta de líquidos para revelar”, cuenta Jorge Orellana, médico del servicio de emergencias del Hospital San Juan de Dios al describir la situación de carencias e incertidumbres en la que le toca trabajar.

“Como salió a decir esta semana el ministerio de Salud, los hospitales estamos efectivamente `operativos` , pero el punto es en qué condiciones lo estamos -plantea Mirta García, médica terapista del Hospital de Niños- Porque lo cierto es que hace rato que dejamos de atender a los pacientes cómo se debe para hacerlo como se puede. Y eso nos pone a todos en riesgo por igual”.

“COMO SE PUEDE”

“Trabajar, seguimos trabajando pero con un costo adicional”, -explica Sandra Brandimarti, médica de la sala de Terapia Intensiva del Ludovica en referencia al riesgo sanitario al que quedan expuestos tanto pacientes como médicos al no contar muchas veces con los elementos adecuados.

“A falta de guantes estériles nos lavamos las manos antes de cada maniobra y tratamos de no lastimarnos; y si no hay catéteres para aplicar más de una medicación, pinchamos a los chicos en otro lado… Pero hay cosas que no se pueden resolver salvo comprándolas, como las cánulas para traqueotomía que algunos pacientes necesitan para respirar. Muchas veces hemos tenido que ir nosotros mismos a la farmacia con plata de nuestro bolsillo para comprarlas”, asegura la médica.

Algo parecido cuenta su colega Daniela Saseta, responsable de una de las salas de terapia intermedia del mismo hospital. “Como no nos entregan sensores para los saturómetros, vamos pasando el único que funciona de chico en chico, y así lo podemos solucionar. Pero no podemos solucionar la falta de cánulas: en nuestra sala tenemos pacientes a los que podríamos haber dado de alta hace semanas pero siguen internados porque no tenemos una simple cánula”.

El problema, como se dijo ya, no se circunscriba al Hospital de Niños. En el San Juan Dios, Jorge Orellana cuenta que días atrás tuvo que decidir a qué pacientes ponerle suero porque sólo quedaban tres unidades en todo el servicio de emergencias; y en el Policlínico San Martín, Juan Cruz Ferrer, menciona que a falta de un resonador magnético y otros sistemas de diagnóstico por imágenes, “los neurólogos están diagnosticando con un martillo”.

“El problema más serio es que la gente sigue viniendo confiada en que vamos a brindarle la atención que corresponde y lo cierto es que hoy no siempre se la podemos dar”

En medio de tantas carencias, el concepto de “alta complejidad” parece cobrar en nuestra provincia un nuevo significado. “Si hoy es un hospital de alta complejidad -bromea un médico del San Martín- es sólo porque resulta altamente complejo trabajar acá”.

DERIVACIONES DESESPERADAS

Aun cuando sabe que el San Juan de Dios están sin radiografías, Jorge Orellana, no deja por eso de indicarlas a los pacientes si lo considera necesario. Y eso lo enfrenta a veces con sus compañeros de Rayos, que se quejan por tener que dar la cara después. Con todo, el médico asegura que lo va a seguir haciendo porque necesita “cubrirse legalmente”.

Y es que el riesgo sanitario no es el único que parece dispararse en medio de esta situación de carencias. “Ya ha pasado otras veces -asegura Mirta García-: si por la falta de insumos terminás cometiendo un error, no importa que estuvieras haciendo lo posible, el principal responsable vas a ser siempre vos”.

Conscientes de ello, algunos médicos al frente de guardias están alentando un insólito fenómeno. “De pronto te llegan pacientes derivados de otros hospitales con problemas de insumos y una vez que están acá tenés que hacerte cargo vos. Pasa cada vez más seguido y de todos lados de la Provincia”, sostiene Daniela Saseta desde la sala de terapia intermedia del Hospital de Niños.
Pero “no creo que lo hagan por mala intención, sino porque están desesperados -aclara la médica-. Como toda la vida el ministerio le dio al Hospital de Niños más bolilla que al resto, creen que nosotros tenemos lo que a ellos les falta y los podemos ayudar. La realidad es que hoy nosotros también estamos muy mal”.

DIFICIL DE EXPLICAR

Entre las falencias que antes parecían impensables para el Hospital de Niños, el centro pediátrico de referencia a nivel provincial, se encuentra hoy la falta de un resonador magnético, un sistema de diagnóstico por imágenes utilizado por casi toda las especialidades médicas. A falta de él, “se empezó a llevar a los pacientes a centros privados de la Ciudad, pero dejaron de pagar el servicio y ahora tenemos que trasladar a los chicos a otros hospitales, como el de Varela, si necesitamos hacerles ese estudio”, cuenta Lucía Ledesma, jefa del Servicio de Neonatología y secretaria de la Asociación de Profesionales del Hospital.

Tal situación implica muchas veces mover a pacientes en estado delicado, con respirador y sueros especiales, en ambulancias de terapia intensiva. Y eso “no sólo es riesgoso sino que además sale carísimo. Se trata de un disparate total: por ahorrarse un resonador terminan pagando varias veces más en traslados”, dice la médica.

Lo mismo señala Juan Cruz Ferrer, médico del servicio de Clínica del Hospital San Martín, donde el resonador se encuentra roto desde hace tiempo. “El dinero que gastaron durante todos estos años pagando resonancias en centros privados hubiera alcanzado para comprar dos resonadores propios, según demostró un estudio hecho por profesionales de nuestro hospital”, cuenta.

Pero “el problema más serio -sostiene Ferrer- no es que estemos atravesando una crisis por la falta de recursos, sino que las autoridades sanitarias se empeñen en negar la situación. Y es que la gente sigue viniendo confiada en que vamos a brindarle la atención que corresponde, y la verdad es que hoy no siempre se la podemos dar”.

Lo cierto es que lejos de negar la situación, en el ministerio de Salud la reconocen abiertamente. “El de los insumos es un tema que se viene desde mitad del año pasado, cuando empezó a resentirse la cadena de pago con algunos proveedores -explica Claudio Ortiz, el director provincial de Hospitales-. Eso nos genero la necesidad de empezar a utilizar los recursos propios que tiene cada hospital a través de la recuperación de las obras sociales. Pero las compras que se pueden hacer con esos recursos son más acotadas y el stock es menor, por lo cual es necesario comprar más seguido y en el medio se producen pequeños baches. En suma, los faltantes que pueden tener son transitorios”.