ATE Junín

Asociación Trabajadores del Estado

19 y 20 de Diciembre:“Cualquier gobierno que quiera poner un Estado de Sitio lo va a tener que pensar”

“2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina”, es un libro que busca un acercamiento a las interpretaciones, análisis, debates y vivencias del 19 y 20 de diciembre de 2001 con el testimonio, entre otros, de Víctor De Gennaro. Acta dialogó con Walter Isaía, autor de la investigación junto a Manuel Barrientos.

-¿Cómo se les ocurrió escribir este libro?

En el 2001 estaba trabajando en La Tribu, estaba cubriendo todo lo que fue el 19 y 20 en la calle. Dado la situación que se vivió de manifestación popular, de represión, de confusión y de tantas cosas que se produjeron ahí en la calle. En ese momento dije algo hay que hacer con esto, más allá de estar y participar. Después de unos años le conté la idea a Manuel Barrientos, que es más periodista serio para escribir porque yo vengo más de la radio, él es más de gráfica por lo que tiene más en claro ciertas cuestiones. Arrancamos con la idea hace dos años, pensamos que los 10 años eran una buena excusa para retomar el tema. De entrada pensamos en hacer un libro de entrevistas.

-¿Qué características tenían que tener los entrevistados?

Tratamos de que para cada uno de los entrevistados el proceso de diciembre de 2001 haya sido importante y relevante en su vida, como personas o como organizaciones; que hayan estado involucrados durante todo ese proceso; que tengan cierta representación de lo que fueron las organizaciones y movimientos sociales de la época y que tengan una mirada elaborada del tema. A su vez, también que puedan reflexionar sobre el hoy que fue ese Diciembre del 2001. Hicimos una lista de 60 personajes que fuimos tachando, marcando y subiendo. No queríamos una mirada unívoca sino que queríamos que tenga cierta heterogeneidad la propuesta, entonces, va de un arco de pensamiento político amplio de lo que se supone del campo popular.

Descartamos, en ese momento, todo lo que tiene que ver con hacer un libro más clásico de investigación periodística basado en fuentes gubernamentales, ese libro ya lo había hecho Miguel Bonasso, que está muy bueno. La propuesta era centrarse en organizaciones, colectivos o personas que puedan analizar el tema, que haya sido significativo para ellos y que de alguna manera representen a todos los sectores, que es difícil, pero que sea un arco representativo de ideas de lo que fue ese proceso de Diciembre de 2001.

-¿Cómo describirías el libro?

Son 19 entrevistas y una crónica. Lo separamos con cuatro cuerpos de entrevistas. En el primer cuerpo son experiencias más vivenciales que, quizás, hacen hincapié fuerte en las vivencias del 19 y 20. Otro cuerpo es más analista, examina distintos campos los antecedentes y consecuencias que trajo ese 2001. Otros dos que son más de experiencias. Tiene un eje trasversal que son los antecedentes, cómo era su vida cotidiana en ese momento, si vieron alguna pista o algo que les indicara que era lo que iba a pasar, hacer foco en esos días de diciembre, todo lo que se disparó después, el movimiento asambleario, el crecimiento de los movimientos sociales, de los movimientos de desocupados. También se recae en el Puente Pueyrredón como momento de quiebre de esa situación.

Hay un análisis de cómo, en el gobierno de los Kirchner, toman y lo ponen en agenda y ponen en protagonistas a las personas, organizaciones que estuvieron presentes en ese Diciembre. En la última parte del libro se muestra como se ve hoy a diez años, ahí también surgieron diferentes interpretaciones donde algunos compañeros planteaban que son diez años de 2001 y no a diez años, sino que vivimos diez años de ese 2001 como un proceso que todavía está abierto.

-¿Cuál fue la entrevista que más te impactó hacer?

Fueron dos. Una es la del Movimiento de Desocupados de Solano, ex integrantes de ese movimiento, por como se brindaron para hacer la entrevista, por todo lo que contaron y por el proceso de reflexión y auto reflexión de sus prácticas que hicieron, más allá que hoy ya no están más conformados en el Movimiento de Solano, pero sí un análisis crítico y fuerte de sus prácticas de lo que fue desde el ’96, con su surgimiento, hasta 2003/04 donde se fracturan dentro de la Coordinadora Aníbal Verón. Fue fuerte por la vivencia, ellos relatan los asesinatos del puente Pueyrredón como que los quebró como organización, en algún sentido, el dolor y las muertes de sus compañeros fue algo que no pudieron resolver. También hacen una reflexión de lo que fue y significaba el piquete en ese momento y de lo que es hoy, que lo consideran una herramienta.

La segunda entrevista fue la de Víctor De Gennaro. Fue una de las últimas, ya venía con un bagaje de temas, de escuchar a personas, de datos y experiencias muy importantes, agarra toda la experiencia de los ’90 y el proceso de resistencia, nos abrió un poco el espectro en ese sentido. Hay dos cuestiones que se mezclan y confluyen ahí. Uno tiene que ver con todo el proceso y desarrollo de la CTA, todas las organizaciones sociales y de desocupados que están dentro de la CTA que tuvieron gran protagonismo durante los ’90. Después esta la mirada de acontecimiento de ese 19 y 20 como hecho fundacional para algunos y como un momento más en la historia. Se debatió sobre estos temas, hasta periodísticamente creo que es una de las mejores entrevistas porque también tuvimos un intercambio interesante.

-¿Qué sentías a medida que ibas escribiendo el libro?

Es alucinante hacer un libro, era algo muy personal por lo que había vivido. Tengo los recuerdos muy presentes, por lo que al principio estaba con muchos prejuicios de recordar a determinados personajes como habían actuado durante esa jornada pero, a la vez, no quería exponerlos, entonces, me ponía a escucharlos para ver que tenían para decir ahora sobre ese tema. En algunos casos era difícil entrar en tema, llevaba tiempo de ablandamiento para ponerlos en situación. Nos fuimos llenando de historia y de experiencia. Habíamos hecho un trabajo previo de lectura de diarios, durante un año leímos cuatro diarios todos los días, leímos libros, consultamos varias personas, algunas fuentes que no están en libro para ir entrando en tema. Fue tomando forma, fuimos viendo que era posible, nos dimos cuenta que era muy rico esto de la diferencia de las interpretaciones y miradas de cada uno de los actores. Creo que esto hace a la heterogeneidad del libro y ayudan a mirar desde determinadas posiciones sin encontrar bajadas de líneas únicas, al contrario vuelve a re actualizarla un poco y a disparar para otros trabajos más adelante.

-¿Cómo te cambió Diciembre del 2001?

Era un pibe común del conurbano, atravesado por toda la historia de nacer en dictadura y de vivir en los ’90 con todo ese proceso de pauperización de la clase media que se quedó sin poder económico y que muchos tenían dificultades para conseguir empleo. Llegado el 2000/2001 me di cuenta de que la mayoría de la población estaba debajo de la línea de pobreza, casi el 52 por ciento de desocupación en términos oficiales. No había canales de expresión política donde poder participar activamente, tampoco se podía porque el discurso oficial era “el fin de la historia, el fin de las ideologías, no se puede hacer nada y nada se puede cambiar”, hasta diría castigado por la policía por tener el pelo largo y escuchar rock y tener amigos que fueron asesinados por la policía por gatillo fácil. Eso era muy fuerte.

Fue como ver, de golpe en la calle un día en el centro de la ciudad de Buenos Aires, la expresión de bronca, deseos, frustraciones acumuladas que se expresaban a los gritos, a los piedrazas, a los palazos; pero veías una confluencia de personas resistiendo contra la represión policial o manifestándose donde te encontrabas con gente con la que una vez fuiste a la cancha de fútbol, o un recital, o parientes con los que no habías coordinado absolutamente nada. D’Elía dice en el libro que fue el último minuto del último round contra el neoliberalismo. De Gennaro habla del fin de la dictadura en el momento en que se establece el Estado de Sitio y salen miles de personas a la calle. De ahí en más cualquier gobierno democrático que quiera poner un Estado de Sitio lo va a tener que pensar. Vivir eso me cambio, me hizo politizarme, vincularme con organizaciones sociales y me cambio el recorrido de vida. Me dejó las marcas y huellas de ver personas asesinadas en la calle, muchísimos heridos porque con la camioneta de la radio aprendimos que a resistirnos a que la policía se lleve a los heridos, llamábamos al SAME y esperábamos a que se los lleven, se dio una práctica de móvil-ambulancia.

Ayudamos a las Madres de Plaza de Mayo cuando estaban temprano ese día en la plaza y la montada las empezó a reprimir, el chico que manejaba la camioneta, con coraje y valentía, le cruzó la camioneta a los caballos que la golpeaban con la cabeza, pero pudimos lograr que las Madres subieran a la camioneta y llevarlas para otro lado. Eran hechos de poner en juego toda mi historia, desprolija y sin mucha militancia, pero sabiendo que eso no lo quería.

-¿Qué esperas que la gente sienta cuando lea tu libro?

Espero que puedan sentirse reflejados de alguna manera, que se pueda recordar el 2001 como un momento de política fuerte, de que se puedan leer las diferentes miradas más allá de la posición política de uno y que se pueda discutir con eso. Discutir y debatir sobre ese hecho del 2001 que nos marcó a todos y que nos pueda enseñar un montón de cosas. Que se pueda rescatar el sentido libertario que existía en ese momento y que esta bueno que lo tengamos siempre.